Congresistas estadounidenses y expertos en derecho internacional han condenado de manera enérgica el bloqueo naval anunciado por el presidente estadounidense, Donald Trump, contra Venezuela.
La medida, que busca impedir la entrada y salida de embarcaciones en puertos venezolanos, fue descrita por juristas como un crimen de guerra en conformidad con lo establecido en la Carta de las Naciones Unidas.
El profesor Ryan Goodman, especialista en derecho internacional y exasesor del Departamento de Guerra de Estados Unidos, recordó que la Asamblea General de la ONU define el bloqueo de puertos o costas de un Estado por fuerzas armadas extranjeras como un acto de agresión. En su opinión, las declaraciones de Trump encajan plenamente en esa categoría y representan un precedente peligroso para la estabilidad regional.
En el ámbito político, el congresista demócrata Joaquín Castro denunció que el presidente actuó sin autorización del Congreso ni del pueblo estadounidense, y advirtió que la Cámara de Representantes debatirá una resolución para frenar las hostilidades contra Venezuela. “Cada miembro deberá decidir si apoya otra guerra de cambio de régimen”, señaló, subrayando que la medida no responde a intereses legítimos de seguridad nacional.
Desde Caracas, el Gobierno venezolano rechazó la medida estadounidense y la catalogó como un intento de asfixiar económicamente al país y de apropiarse de sus recursos naturales. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llamó a la clase trabajadora petrolera a organizar una protesta mundial contra lo que describió como “piratería” de Estados Unidos, insistiendo en que Venezuela defenderá su soberanía frente a cualquier agresión.
Trump anunció el martes que había ordenado “un bloqueo total y completo de todos los petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela”. Desde septiembre, EE.UU. ha llevado a cabo decenas de ofensivas en el mar Caribe y el Pacífico oriental, dejando muchas víctimas, en el marco de su llamada lucha contra drogas, asesinando al menos 95 personas.
Venezuela ha tachado de “agresión” las maniobras de EE.UU., subrayando que el verdadero objetivo es imponer un cambio de régimen y apropiarse de los recursos estratégicos del país, como el petróleo, el gas y el oro.
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