Una fuente de la oficina de la Presidencia libanesa ha asegurado a la agencia británica de noticias Reuters que Aoun está estudiando la dimisión presentada este martes por Hariri y en breve anunciará su decisión.
De acuerdo con la misma fuente, el jefe de Estado del país árabe no contempla de momento emitir una solicitud para la formación de un Gabinete provisional.
Este martes por la tarde, el primer ministro libanés ha entregado su renuncia a Aoun explicando que, tras dos semanas de protestas callejeras, había llegado a un “callejón sin salida”.
Comentando la dimisión de Hariri, el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, ha insistido en la necesidad de “calma” y ha invitado al diálogo a la cúpula política libanesa para calmar de inmediato la actual situación.
Las protestas, que comenzaron el pasado 17 de octubre en reacción al plan de Hariri de imponer gravámenes al uso de la aplicación de mensajería WhatsApp, se centraron de seguido en la corrupción política y la crisis económica.
El Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) ha estado pidiendo calma a los libaneses e insistido en que cualquier solución a la crisis debería evitar el “caos” y el “vacío de poder”. También ha denunciado los esfuerzos de ciertos países árabes ribereños del Golfo Pérsico, como Arabia Saudí, para explotar las protestas con el objetivo de desestabilizar y destruir la unidad del país.
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Israel puede aprovechar al máximo la crisis generada en El Líbano, dado que una situación caótica en este país es compatible con los intereses israelíes”, declaró Yoni ben Menájem, un analista israelí.
La actual situación de El Líbano y la inestabilidad política pueden beneficiar al régimen de Tel Aviv, según han evaluado los medios de comunicación israelíes. “Israel puede aprovechar al máximo la crisis generada en El Líbano, dado que una situación caótica en ese país es compatible con los intereses israelíes”, dijo Yoni ben Menájem, un analista israelí.
Saad Hariri ya renunció por sorpresa en 2017 en un discurso televisado desde Arabia Saudí y bajo fuertes presiones de Riad, aunque en aquella ocasión Aoun no aceptó su renuncia.
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