El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que ha ordenado la construcción de una nueva serie de acorazados navales —denominados clase Trump— que, según dijo, serán “los más rápidos, los más grandes y, con diferencia, 100 veces más potentes que cualquier acorazado jamás construido”.
El mandatario adelantó que se espera que la nueva flota sume entre 20 y 25 barcos armados, con misiles hipersónicos, cañones de riel y láseres de alta potencia, tecnologías que la Armada aún está desarrollando.
Este ambicioso plan de modernización naval contempla una inversión inicial de 26 000 millones de dólares para la fabricación inmediata de dos nuevos buques de guerra de gran envergadura, marcando el inicio de una nueva era militar.
Entretanto, el secretario de la Marina estadounidense, John Phelan, precisó que la Armada “necesita con urgencia” los acorazados de la clase Trump, los cuales se encuentran actualmente en fase de diseño y, según lo previsto, la puesta en servicio del primer buque, el USS Defiant, será para comienzos de la década de 2030.
Trump unveils warship named after himself in shipbuilding push President Donald Trump announced the US Navy will build a new “Trump-class” warship as part of the White House push to modernize the service’s surface fleet and restore domestic shipbuilding https://t.co/VtFR7kUx4I pic.twitter.com/wGhO5yK5T1
— Bloomberg TV (@BloombergTV) December 22, 2025
“Vamos a hacer que los grupos de batalla vuelvan a ser grandiosos. Esta es solo una parte de la flota dorada del presidente que vamos a construir gracias a las inversiones”, destacó Phelan.
El nuevo programa sustituirá los planes previos de la Armada para desarrollar una nueva clase de destructores, conocida como DDG(X). No obstante, la Marina prevé incorporar en los acorazados de la clase Trump las capacidades tecnológicas que estaban previstas para esa plataforma.
Tradicionalmente, las clases de acorazados estadounidenses llevaban el nombre de los estados del país. Sin embargo, la decisión de bautizar estos buques con el apellido del presidente ha generado críticas, en un contexto en el que Trump ya ha vinculado su nombre a numerosos hoteles y complejos inmobiliarios, lo que sus detractores califican como una muestra de narcisismo político.
El anuncio se produce en un momento de creciente presencia militar estadounidense en la región latinoamericana. Bajo el argumento de combatir el narcotráfico, la Administración Trump ha desplegado desde agosto tres destructores, un buque de asalto anfibio, un crucero lanzamisiles, un submarino nuclear y miles de infantes de marina.
Extendiendo sus acciones agresivas más allá de Venezuela, Trump declaró el lunes que planea atacar por tierra no solo al país bolivariano, sino a cualquier lugar de donde “las drogas estén llegando” supuestamente a EE.UU. “Cualquier lugar de donde estén llegando drogas. Cualquier lugar. No solo Venezuela”, afirmó.
Una encuesta de la firma YouGov revela que el 42 % de los estadounidenses desaprueba los ataques navales ordenados por el Gobierno, frente a un 27 % que los respalda.
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