• El presidente de EE.UU., Donald Trump, da una rueda de prensa en la Casa Blanca, Washington DC, 1 de julio de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: miércoles, 3 de julio de 2019 16:52

La mayoría de los estadounidenses desaprueba la política de la actual Administración del país, presidida por Donald Trump, respecto a Irán y Corea del Norte.

La política de “máxima presión” de Trump para detener la creciente influencia regional y el poder defensivo de Irán concita cada vez más oposición en el conjunto de EE.UU., hasta alcanzar hoy el rechazo del 63 % de los ciudadanos, según una encuesta realizada por la cadena local CNN y publicada este miércoles.

Conforme al sondeo, sólo el 37 % de la sociedad estadounidense apoya la controvertida hostilidad del republicano Trump a la República Islámica.

El resultado es casi igual cuando se habla de Corea del Norte, país que ha llevado a cabo varias rondas de conversaciones, aún sin resultado, para la desnuclearización de la península de Corea.

De acuerdo con la encuesta, el 60 % de los encuestados se opone a la política de la Casa Blanca respecto a Pyongyang.

Los Estados Unidos de Trump y Corea del Norte han celebrado hasta el momento dos cumbres —en Singapur y Vietnam—. En la primera, Trump dijo que levantaría las sanciones y garantizaría la seguridad de Pyongyang a cambio de su desnuclearización, pero no ha cumplido su promesa y ha anunciado nuevos embargos. En la de Vietnam el magnate estadounidense aumentó sus exigencias a cambio de nada.

Hay analistas que opinan que la política de EE.UU. contra Irán ha agudizado la desconfianza de Corea del Norte respecto a Trump, dificultando un posible acuerdo Washington-Pyongyang.

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Esta desconfianza en EE.UU. y su actual Administración existe también de manera amplia entre el Gobierno y el pueblo iraníes, sobre todo después de que en mayo de 2018 Trump retiró a su país del histórico acuerdo multinacional sobre el programa de energía nuclear de Teherán.

Desde entonces, Washington ha intentado usar una combinación de retórica dura, presión diplomática, embargos y ahora amenazas militares para presionar a la República Islámica para que deje de combatir el terrorismo y renuncie a su programa de misiles convencionales.

Tanto la sociedad estadounidense como el Congreso han instado al Gobierno de Trump a evitar una contienda militar con Irán. Las autoridades persas advierten, por su parte, de que una guerra con Irán sería “incontrolable” y dañaría los intereses de Washington en el oeste de Asia.

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