Se reporta que 87 senadores apoyaron la ahora Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés), mientras que 10 votaron contra la iniciativa.
La NDAA proporciona 69 000 millones en fondos para guerras conocidas como operaciones de contingencia en el extranjero, autoriza un aumento salarial de 2,6 % para los miembros de las Fuerzas Armadas e invierte decenas de miles de millones de dólares en modernizar las flotas aéreas y marítimas del Departamento de Defensa de EE.UU. (Pentágono) y los sistemas defensivos de misiles.
Además, el presupuesto adiciona 150 millones de dólares para acelerar los esfuerzos de EE.UU. y alcanzar antes del año fiscal 2022 la capacidad necesaria para un ataque convencional inmediato, considerando los importantes avances de Rusia y China en el desarrollo de armas supersónicas.
“Estamos involucrados en una competencia geopolítica, no con un país agrario pobre tratando de ponerse al día, sino con una superpotencia global (China) que nos pisa los talones y lo hace injustamente con la intención de reemplazarnos en el mundo como el país poderoso militar, económica, geopolítica y tecnológicamente”, ha declarado el senador republicano Marco Rubio, tras la luz verde en la Cámara Alta del presupuesto para el año fiscal 2019.
Estamos involucrados en una competencia geopolítica, no con un país agrario pobre tratando de ponerse al día, sino con una superpotencia global (China) que nos pisa los talones y lo hace injustamente con la intención de reemplazarnos en el mundo como el país poderoso militar, económica, geopolítica y tecnológicamente”, ha declarado el senador republicano, Marco Rubio, tras la aprobación del presupuesto militar de EE.UU. para el año 2019.
El proyecto también incluye la financiación de 6300 millones de dólares para incrementar el número de tropas del Ejército norteamericano en Europa y combatir la llamada “agresión rusa”.
Por otra parte, el plan prohíbe la entrega de aviones F-35 Joint Strike Fighter a Turquía, en castigo al Gobierno turco por haber comprado los sistemas aéreos de defensa rusos S-400.
El Pentágono está preocupado debido a que sus equipamientos militares no están a la altura de los rusos y ante el creciente poderío militar de China, sobre todo, en el ámbito de portaviones y la capacidad para amenazar los satélites de Washington.
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