El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Abdolrahim Musavi, ha hecho este comentario en un mensaje con motivo de la Semana de la Defensa Sagrada, que rememora la guerra de ocho años de agresión impuesta a Irán por la dictadura iraquí de Sadam Husein en la década de 1980.
“Las Fuerzas Armadas están preparadas para dar una respuesta oportuna, decisiva e inimaginable, que cause arrepentimiento a cualquier potencia amenazante y opresiva, confiando en nuestras sorpresas estratégicas”, ha afirmado este lunes, máximo militar iraní.
El general Musavi ha avisado que el país no será pasivo ante las amenazas, y convertirá cada desafío en una oportunidad para demostrar su poder tanto en el ámbito regional como internacional.
Refiriéndose a los recientes actos de agresión de Israel y EE.UU. contra Irán en junio, también ha subrayado que el enemigo fracasó en sus objetivos durante la guerra de 12 días, gracias al poder militar y defensivo de la República Islámica, sus capacidades regionales y la respuesta “fuerte y proporcional” de las Fuerzas Armadas.
Además, ha enfatizado la importancia de continuar avanzando en las tecnologías de defensa y la capacidad de disuasión de Irán. Ha destacado también la necesidad de estar preparados para enfrentar la guerra híbrida, particularmente la guerra cognitiva, empleada por los enemigos.
La guerra de 12 días estalló el 13 de junio, cuando Israel lanzó una agresión sin motivo contra el país persa, atacando instalaciones militares, nucleares y civiles en Teherán y otras ciudades, lo que dejó alrededor de 1100 muertos, entre ellos varios altos mandos militares y destacados científicos nucleares. A los ataques israelíes se unió una semana después Estados Unidos, bombardeando tres sitios nucleares clave.
Irán respondió la agresión con fuerza lanzando cientos de misiles balísticos y drones contra objetivos estratégicos israelíes en los territorios ocupados en el marco de la operación sin precedentes ‘Verdadera Promesa III’, y un ataque de represalia contra la mayor base estadounidense en la región, lo que logró detener el asalto ilegal e imponer un alto el fuego a los agresores el 24 de junio.
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