“Las actividades de misiles de la República Islámica de Irán son convencionales y defensivas, y completamente legítimas según el derecho internacional”, ha enfatizado este jueves Naser Kanani, rechazando las inválidas afirmaciones injerencistas de algunos países occidentales sobre el nuevo misil iraní, bautizado como Fattah (Conquistador), el primer misil supersónico de fabricación persa, que ha tenido una gran repercusión a nivel mundial.
Según el vocero persa, estos países, que tienen un largo historial de violar sus obligaciones internacionales en varios campos, incluidos los ensayos nucleares, el régimen de no proliferación y el alojamiento de misiles nucleares, y de desempeñar un papel destructivo en cuestiones regionales e internacionales, no tienen derecho a comentar sobre las capacidades de defensa legales de Teherán.
A este mismo respecto, Kanani se ha referido al pacto de AUKUS, suscrito entre Australia, Estados Unidos y el Reino Unido, que en la primera fase supone la construcción de ocho submarinos nucleares para el país oceánico.
Tal y como denuncia el diplomático persa, dicho tratado es un claro ejemplo del enfoque político y discriminatorio de las potencias nucleares al transferir tecnología y uranio altamente enriquecido a un país no nuclear en violación del Tratado de No Proliferación (TNP).
Además, Kanani ha elogiado los esfuerzos continuos de las Fuerzas Armadas de la República Islámica y sus logros estratégicos en el fortalecimiento del poder defensivo del país y lo ha descrito como una medida correcta y efectiva para crear disuasión contra amenazas extranjeras y defender la seguridad nacional de Irán.
Irán, decidido a impulsar su poder de disuasión, ha conseguido avances considerables en la industria defensiva pese a las sanciones impuestas por Estados Unidos. Sin embargo, la República Islámica ha enfatizado, un sinnúmero de veces, que su poder militar no supone amenaza alguna para nadie, en particular para los vecinos, ya que su doctrina se basa en la disuasión.
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