El enviado especial de las Naciones Unidas para Yemen, Hans Grundberg, anunció en abril un pacto para un alto el fuego integral de dos meses entre la llamada coalición, encabezada por Riad, y las fuerzas yemeníes.
Las partes del conflicto acordaron detener todas las operaciones militares ofensivas. Además, Arabia Saudí prometió permitir la llegada de barcos de combustible a los puertos de la ciudad portuaria yemení de Al-Hudayda, y dejar que el aeropuerto de Saná (capital) reanude los vuelos a destinos predeterminados en la región.
No obstante, las autoridades yemeníes denuncian que los agresores no acatan lo acordado. Ante ello, el movimiento popular Ansarolá ha advertido de que la tregua acabará, si la coalición agresora sigue sus violaciones contra la nación de Yemen.
Entretanto, el Ejército de Yemen ha recurrido a una iniciativa novedosa para transportar alimentos a los civiles que sufren el bloqueo en la ciudad de Al-Durayhimi, en la provincia de Al-Hudayda.
Las fuerzas yemeníes lanzan misiles a Al-Durayhimi que no explotan, sino que transportan artículos de primera necesidad, desde harina y carne hasta ropa, etc., según se ve en un documental, denominado “Asedio y Victoria”, publicado por el portal Al-Alam Al-Harbi.
De acuerdo con la información, el Ejército dispara ocho a nueve o 10 misiles dos días a la semana. Hasta el momento, más de 2500 misiles se han lanzado hacia Al-Durayhimi.
Arabia Saudí mantiene un férreo bloqueo marítimo, aéreo y terrestre contra Yemen desde marzo de 2015, cuando comenzó la campaña de agresión de Riad y sus aliados a ese país. El bloqueo y los incesantes bombardeos de la ‘coalición’ han llevado a Yemen a una grave crisis humanitaria.
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