Por: Masud Jalili *
El miércoles, el muro de secretismo que rodea las armas y las ambiciones del régimen israelí volvió a resquebrajarse, y esta vez, el golpe recayó sobre los funcionarios israelíes y sus aliados, quienes durante décadas se han empeñado en ocultar el arsenal nuclear de Tel Aviv y su creciente impulso hacia un poder destructivo superior.
Ondas de sorpresa y asombro se propagaron tras el anuncio del ministro de Inteligencia iraní, Esmail Jatib, en un discurso televisado, en el que dio a conocer el último e inédito avance en materia de inteligencia de la República Islámica.
Impactando directamente a los líderes del régimen sionista y a su vana búsqueda de disuasión y legitimidad, la revelación desvelada por el ministerio de inteligencia iraní expuso un inmenso alijo de documentos, que incluyen millones de páginas que detallan con notable precisión el programa de armas nucleares de Israel.
Según el ministro, la tesorería documental contiene registros de proyectos armamentísticos pasados y actuales, esfuerzos para modernizar y reprocesar armas antiguas, y empresas conjuntas con Estados Unidos y varios países europeos.
Asimismo, incluye datos exhaustivos sobre las redes administrativas y el personal involucrado en el desarrollo del arsenal nuclear de Tel Aviv. Jatib agregó que el ministerio había descubierto las identidades, conexiones y roles específicos de 189 expertos nucleares y militares israelíes de alto rango.
Durante las transmisiones, se mostraron carnés de identidad y fotografías de individuos que trabajaban activamente en el programa armamentístico, aparentemente ignorantes de que las cámaras los habían capturado en detalle.
Sorprendentemente, subrayó Jatib, la lista revelada está lejos de estar completa.
Contribución a la respuesta bélica de Irán
Jatib reveló que el alijo de inteligencia, que contenía detalles precisos sobre sitios sensibles de doble uso, fue entregado al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, permitiéndoles así conocer exactamente dónde atacar durante la reciente guerra no provocada contra la República Islámica.
De acuerdo con el general de división Yahya Rahim Safavi, excomandante del CGRI y asesor principal del Líder de la Revolución Islámica, ayatolá Seyed Ali Jamenei, la respuesta consistió en el lanzamiento de “más de 500 misiles de largo alcance” contra el adversario sionista.
Destacó que la represalia demostró una “cohesión muy fuerte” entre el Líder y los máximos jefes de las tres principales ramas del Estado durante la guerra impuesta.
Las declaraciones de Jatib arrojan luz sobre el papel del Ministerio de Inteligencia en el fortalecimiento de la respuesta bélica iraní, resaltando la combinación única de disuasión estratégica, penetración profunda de inteligencia y ataques de precisión.
Netanyahu: un criminal traicionado por sus propios agentes
El ministro continuó revelando que una mezcla de codicia y venganza había impulsado a ciertos elementos dentro de las agencias nucleares, las instituciones militares e incluso comunidades de colonos israelíes a colaborar con la inteligencia iraní durante la guerra reciente.
Jatib aprovechó para atacar al primer ministro del régimen, Benjamín Netanyahu, a quien calificó de “corrupto y criminal”, afirmando que provocó un “odio tan profundo” que incluso miembros de su propio aparato nuclear y militar se volvieron en su contra.
“En lugar de ocuparse de los problemas hídricos del país (Irán)”, señaló, en referencia a la reiterada mención de Netanyahu sobre lo que él denomina “la crisis del agua en Irán”, “harían mejor en atender los problemas de subsistencia de su propio personal”.
“Quienes, motivados por ganancias financieras, cooperaron con nosotros y aún lo hacen”, añadió el ministro.
Fin de la ambigüedad nuclear israelí
En términos generales, Jatib describió este avance de inteligencia como una señal clara de que la era de la ambigüedad nuclear israelí —donde Tel Aviv ni admite ni niega poseer cientos de ojivas nucleares a pesar de la abrumadora evidencia— ha llegado efectivamente a su fin.
Calificó la revelación como la muestra de “una pequeña parte solamente de la historia de ocultamiento del régimen y sus patrocinadores”, lo que sirvió como otro indicio más de que la “política de ambigüedad nuclear” de Israel ha terminado.
La revelación del viernes se produce tras una serie de éxitos rápidos de inteligencia iraní desde este verano, coincidiendo con la guerra directa e indirecta de Israel contra la República Islámica.
Cada divulgación ha contribuido a lo que las autoridades iraníes describen como una de las contraofensivas de inteligencia más significativas en la historia reciente, dirigida contra un régimen que se enorgullece de sus operaciones sofisticadas y precisas de inteligencia.
El 7 de junio, fuentes informaron que operativos iraníes habían incautado un vasto archivo de documentos estratégicos que detallaban el secreto programa nuclear de Tel Aviv.
Los materiales, que describen instalaciones, planes y décadas de proyectos encubiertos, infligieron uno de los golpes más devastadores jamás recibidos por el régimen ocupante.
Semanas después, el 28 de julio, el ministerio de Inteligencia emitió una declaración poco común en la que expuso sus operaciones de contrainteligencia multifacéticas durante la guerra impuesta de 12 días, que calificó como una agresión “híbrida a gran escala” llevada a cabo conjuntamente por Israel y Estados Unidos.
La guerra presenció el intento israelí por destruir la infraestructura nuclear, militar y civil de Irán, pero Teherán respondió con una operación de represalia meticulosamente planificada, que finalmente forzó a Tel Aviv a solicitar un alto al fuego.
El ministerio de inteligencia atribuyó a su red de agentes el mérito de frustrar intentos de infiltración y de revelar el alcance total del apoyo extranjero, incluyendo grupos terroristas y ciertos actores europeos, detrás de la agresión.
Para el 2 de agosto, las autoridades iraníes anunciaron que sus equipos de inteligencia habían identificado los perfiles personales completos del personal de la fuerza aérea israelí involucrado en la guerra de 12 días.
Informes transmitidos por la televisión nacional revelaron que los archivos contenían detalles exhaustivos sobre pilotos, comandantes y operadores de drones, incluyendo direcciones residenciales, bases militares y registros de su participación en operaciones.
Las revelaciones culminaron el 2 de septiembre, cuando la televisión nacional presentó un “asombroso” golpe de inteligencia con expedientes completos sobre los operadores israelíes de drones.
Según la emisión, los operativos iraníes habían penetrado tan profundamente el sistema de mando y control de vehículos aéreos no tripulados (drones) del régimen que pudieron enviar mensajes de texto directos a los operadores durante la guerra.
Los mensajes, que parecían provenir desde los territorios ocupados, advertían con crudeza: “Tu identidad profesional ha sido expuesta. Coopera con nosotros y serás recompensado, o serás eliminado”.
Medios israelíes, incluyendo Yedioth Ahronoth, confirmaron los reportes sobre la represalia mediante mensajes SMS y señalaron que la información personal de los operadores había sido comprometida.
Estas revelaciones se han convertido en una avalancha imparable que ninguna fortaleza de secretismo puede sostener. Desde el archivo nuclear incautado en junio hasta las operaciones de contrainteligencia en julio, pasando por la exposición de aviadores en agosto y la infiltración de operadores de drones en septiembre, la inteligencia iraní ha desenmascarado no solo los arsenales ocultos del enemigo, sino también la fragilidad de sus pretensiones de invulnerabilidad.
La era de la cacería a oscuras ha terminado. Ha comenzado la era de ser vigilados, identificados y atacados, si es necesario. Y es la República Islámica quien marca el ritmo.
* Masud Jalili es un escritor y comentarista de asuntos estratégicos radicado en Teherán.
Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.