Publicada: domingo, 28 de septiembre de 2025 23:51

Irán y Rusia sellan un acuerdo nuclear de $25 mil millones para construir cuatro reactores en el sur iraní, reforzando su alianza estratégica.

Por: Ivan Kesic

Un histórico acuerdo de 25 000 millones de dólares, firmado el pasado viernes en Moscú, marca una aceleración significativa en la asociación estratégica entre Irán y Rusia, y allana el camino para la construcción de cuatro unidades nucleares avanzadas en el sur de Irán.

El acuerdo ejecutivo, suscrito entre la Compañía Hormoz de Irán y la empresa rusa Rosatom Project Company, formaliza los planes para edificar cuatro unidades de tercera generación de plantas nucleares en la ciudad costera de Sirik, ubicada en la provincia de Hormozgan.

Firmado por Naser Mansur Shariflu, en representación de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), y Dmitry Shiganov, de Rosatom, el acuerdo fue sellado en presencia del embajador iraní en Rusia, Kazem Yalali, lo que subraya la alta relevancia diplomática que ambas naciones atribuyen a este emprendimiento.

Este megaproyecto, que se desarrollará en un terreno de 500 hectáreas en el distrito de Kuhestak, está diseñado para tener una capacidad total de 5020 megavatios, lo que supondrá un aporte sustancial a la red energética nacional de Irán.

Durante la ceremonia de firma se enfatizó que el acuerdo se deriva de un pacto intergubernamental destinado a profundizar la cooperación en el uso pacífico de la energía nuclear, con los estudios preliminares de ingeniería y selección del emplazamiento ya completados.

El acuerdo representa un paso concreto dentro de una colaboración de largo aliento, reflejo del compromiso compartido con el desarrollo energético y el progreso tecnológico, que ha persistido a pesar de décadas de desafíos geopolíticos.

Este paso sigue a una reunión celebrada días antes entre el jefe de la OEAI, Mohamad Eslami, y el director general de Rosatom, Alexey Likhachev, durante la cual ambos funcionarios destacaron el carácter estratégico de su alianza en materia de energía nuclear.

Eslami subrayó que el proyecto es prioritario para las autoridades de ambos países, y que cuenta con respaldo presidencial, lo que ha permitido acelerar su ejecución.

Este nuevo capítulo se inscribe en un marco más amplio que contempla la construcción, por parte de Rusia, de un total de ocho plantas nucleares en Irán, incluidas las obras de ampliación actualmente en curso en el emplazamiento de Bushehr.

La cooperación también se extiende más allá de las centrales a gran escala, como demuestra el reciente memorando de entendimiento sobre la construcción de reactores modulares pequeños (SMR) en territorio iraní.

Estas iniciativas forman parte integral del ambicioso plan iraní a 20 años, que prevé la generación de 20 000 megavatios de electricidad mediante energía nuclear, en consonancia con los objetivos nacionales de diversificación energética y desarrollo sostenible.

La asociación refleja una relación madura y en evolución, que transita de proyectos asistidos por el extranjero hacia un modelo colaborativo de intercambio tecnológico y desarrollo de infraestructura.

¿Por qué la planta de Bushehr es la piedra angular de la cooperación Irán-Rusia?

La etapa moderna de la cooperación nuclear entre Irán y Rusia tiene sus raíces en la finalización de la central nuclear de Bushehr, un proyecto cuya historia abarca casi medio siglo.

La construcción inicial de la primera planta nuclear iraní comenzó en 1975 bajo un contrato con Alemania, pero se suspendió abruptamente tras la Revolución Islámica de 1979.

Durante años, las estructuras a medio construir permanecieron como un símbolo de asociaciones internacionales interrumpidas y aislamiento tecnológico, mientras que las naciones occidentales se retiraban de sus compromisos nucleares con Irán por presiones políticas.

Finalmente, Rusia intervino para completar el proyecto, lo que culminó en el exitoso lanzamiento de la unidad Bushehr-1, que desde entonces ha funcionado de manera fiable, ha cumplido con todos los estándares internacionales y ha aportado 1000 megavatios a la red eléctrica nacional iraní.

El éxito notable de Bushehr-1 demostró la viabilidad y resiliencia de la alianza ruso-iraní, estableciendo una base de confianza y competencia técnica.

La cooperación en el emplazamiento de Bushehr sigue en expansión, con obras actualmente en marcha para las unidades dos y tres, las cuales incrementarán significativamente la capacidad de la planta y contribuirán a los objetivos más amplios de expansión de la energía nuclear.

La asociación a largo plazo, como destacó el portavoz de la OEAI, Behruz Kamalvandi, durante la exposición World Atom Week 2025 en Moscú, va más allá de Bushehr e incluye acuerdos para la construcción de nuevas centrales.

Kamalvandi elogió la colaboración con Rusia, señalando que Bushehr cumple plenamente con los estándares internacionales y se presenta como un modelo exitoso para proyectos futuros.

Esta alianza duradera ha evolucionado de un proyecto puntual a un programa de desarrollo multigeneracional, demostrando que una colaboración tecnológica sostenida puede superar reveses iniciales y dar lugar a infraestructura energética crítica.

¿Qué es la central Iran-Hormoz y cuál es su importancia estratégica?

Mientras avanza la cooperación internacional con Rusia, Irán también ha impulsado su ambicioso programa nuclear doméstico: la planta Iran-Hormoz.

La construcción de esta instalación comenzó en febrero de 2024 cerca de Bandar Sirik, en la provincia de Hormozgan, y fue inaugurada por el entonces presidente Seyed Ebrahim Raisi mediante videoconferencia.

Descrito por el jefe de la OEAI como un “superproyecto”, Iran-Hormoz está diseñado para superar en escala a la planta de Bushehr, con cuatro unidades que generarán 1250 megavatios cada una, totalizando 5000 megavatios.

Con una inversión estimada entre 15 000 y 20 000 millones de dólares, este proyecto constituye un pilar fundamental del plan iraní para alcanzar una capacidad de generación nuclear de 20 000 megavatios hacia 2041.

Cabe destacar que la planta Iran-Hormoz está siendo construida de manera independiente por ingenieros iraníes, lo cual evidencia la creciente autosuficiencia del país en tecnología nuclear.

Su ubicación costera en el sur es de gran relevancia estratégica, ya que cubre las necesidades energéticas de una región en desarrollo, a la vez que utiliza agua de mar para su sistema de refrigeración.

La región costera de Makran, históricamente relegada, ha sido priorizada para su desarrollo mediante una inversión gubernamental sustancial en infraestructura destinada a enfrentar retos como la escasez de agua.

Se han implementado presas de gran escala, plantas desalinizadoras y un megaproyecto nacional de transferencia hídrica para garantizar un suministro sostenible tanto para la población como para el sector industrial.

La incorporación de una planta nuclear de gran envergadura en esta zona proporcionará una fuente de electricidad estable y significativa, fomentando así un mayor crecimiento económico y el desarrollo regional.

El proyecto Iran-Hormoz también se destaca por su alta eficiencia en costos: las estimaciones de construcción son de dos a tres veces inferiores a las de plantas similares edificadas por fabricantes internacionales líderes, lo que pone de relieve el dominio iraní en ingeniería nuclear compleja.

¿Cómo pretende Irán alcanzar la autosuficiencia nuclear?

El nuevo acuerdo de 25 000 millones de dólares para la construcción de cuatro unidades nucleares en Sirik es independiente de la planta Iran-Hormoz, y representa una nueva fase de colaboración directa entre Rusia e Irán, en el marco de un acuerdo intergubernamental más amplio que contempla ocho reactores.

En conjunto, los proyectos de Bushehr y Hormozgan aportarán 8000 megavatios de capacidad, constituyendo un avance significativo hacia la meta de Irán de alcanzar 20 000 megavatios de generación nuclear.

Esta asociación abarca ya un portafolio diverso, desde la finalización del complejo de Bushehr hasta las nuevas unidades de Sirik, pasando por las negociaciones en curso sobre reactores modulares pequeños, en una estrategia a largo plazo que combina cooperación internacional con capacidades autóctonas.

La participación iraní en la exposición World Atom Week 2025 en Moscú refuerza su objetivo de ser reconocido no solo como receptor de tecnología, sino como un actor emergente en la industria nuclear global, destacando sus logros internos y estableciendo vínculos con sus homólogos internacionales.

Este progreso contrasta marcadamente con la era anterior a la Revolución Islámica, cuando los planes para casi 20 plantas nucleares dejaron al país prácticamente dependiente de tecnología extranjera. La transición de la dependencia a la autosuficiencia y la asociación estratégica ha sido un sello distintivo del periodo posterior a 1979.

Hoy en día, Irán no solo opera y construye plantas nucleares, sino que también mantiene un ciclo de combustible nuclear completamente nacionalizado, extrae y enriquece uranio mediante centrifugadoras avanzadas, y construye reactores de investigación, incluido el recientemente inaugurado reactor de 10 MW en la ciudad de Isfahán.

La colaboración continua con Rusia, ahora fortalecida por el acuerdo de 25 000 millones de dólares para Sirik, ofrece una plataforma sólida para el intercambio tecnológico y el fortalecimiento de capacidades, según expertos.

Estas vías paralelas de cooperación internacional y desarrollo nacional impulsan a Irán hacia sus ambiciosos objetivos energéticos, garantizando un suministro eléctrico diversificado y sostenible, al tiempo que consolidan su posición como una nación tecnológicamente avanzada.


Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.