En un discurso ofrecido este jueves con ocasión del quinto año de la agresión impuesta por Arabia Saudí y sus aliados a Yemen, el líder del movimiento popular yemení (Ansarolá), Abdulmalik al-Houthi, ha elogiado la resistencia y los sacrificios del pueblo y los logros que las fuerzas yemeníes han alcanzado ante los agresores en esta guerra iniciada desde el 26 de marzo de 2015.
El líder de Ansarolá ha indicado que su país fue testigo durante los últimos 5 años de la agresión más feroz en la faz de la tierra dirigida contra el pueblo yemení “con la supervisión estadounidense y la implementación saudí”.
De acuerdo con Al-Houthi, las fuerzas de agresión quieren ocupar Yemen, controlar todos los aspectos de la vida del pueblo y causar “el colapso total de la economía” de este país.
Sin embargo, Al-Houthi ha asegurado que los enemigos fueron sorprendidos por la resistencia y las capacidades del pueblo yemení que con su unidad y firmeza demostró que nunca se rendirá a las fuerzas enemigas.
Al-Houthi ha advertido que la continuación de la guerra solo les traerá “más fracasos” a los agresores mientras que ha valorado el poder misilístico de Yemen que a su juicio ha creado una fuerza de disuasión para el país.
Ha destacado que el Ejército yemení ha lanzado operaciones a gran escala contra enemigos con éxito y todos sus logros significativos se producen a pesar del bloqueo total que han impuesto los agresores a Yemen.
“Todo el mundo sabe que las fuerzas de agresión han sufrido grandes pérdidas”, ha aseverado Al-Houthi para luego subrayar que el pueblo yemení ha frustrado las conspiraciones enemigas al confiar en Dios.
Después de cinco años de agresión, asedio y sacrificios masivos, Yemen pudo resistir y desarrollar sus capacidades militares de manera que es capaz de disuadir la agresión saudí, responder a sus crímenes y atacar objetivos militares y vitales a lo largo de la geografía de los países agresores.
Esta guerra cumple su cinco años mientras que los ataques saudíes, en muchas ocasiones perpetrados con aeronaves y bombas fabricadas en países occidentales, han dejado más de 100 000 yemeníes muertos, la mayoría de ellos civiles.
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