Husein Barakat, un prisionero chií, murió la semana pasada en la prisión de Jau, en el sur de Manama (la capital), por el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, tras negarse el régimen de los Al Jalifa a brindarle atención médica a tiempo.
En este sentido, según reportan medios locales, varios civiles han organizado este domingo manifestaciones en la localidad de Al-Dair, al este de Manama, en rechazo a la postura brutal de las autoridades contra los presos políticos y defensores de los derechos humanos que se encuentran en las cárceles.
Portando fotos de Husein y pancartas en las que se leían lemas en contra de los Al Jalifa, los manifestantes han asegurado que seguirán denunciando tales políticas hasta la liberación de los indefensos presos.
فيديو من مسيرة ختام فاتحة #الشهيد_حسين_بركات الحاشدة والذي استُشهد بسبب الإهمال الطبي المتعمّد بعد إصابته بفايروس #كورونا المتفشي بشكلٍ واسع وخطير في سجون #البحرين#أطلقوا_سجناء_البحرين#أنقذوا_سجناء_البحرين pic.twitter.com/p6vduSoRfB
— صامدون (@a_samedoon) June 13, 2021
“Barakat es otra víctima de la fallida respuesta de las autoridades de Baréin a las recomendaciones de mejorar las condiciones carcelarias para proteger a los prisioneros de la amenaza de la pandemia de la COVID-19”, ha denunciado la asociación Salam para la Democracia y los Derechos Humanos, con sede en Londres (capital británica), en su sitio web.
Asimismo, ha lamentado que Manama juzgue a acusados inocentes en tribunales que no cumplen las condiciones establecidas para la realización de juicios justos y dentro del marco legal, y en donde “los jueces se basan en confesiones obtenidas bajo tortura como prueba de acusación”.
Activistas y organizaciones pro derechos humanos acusan al régimen de los Al Jalifa de tratar de silenciar cualquier voz disidente desde la revuelta de 2011, la cual fue reprimida como todas las protestas que la siguieron.
El Parlamento Europeo (PE) aprobó en marzo una resolución que reclama la liberación “inmediata e incondicional” de todos los activistas pro derechos humanos y los presos políticos en Baréin, condenados por hacer uso de su libertad de expresión.
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