Publicada: jueves, 4 de diciembre de 2025 14:10
Actualizada: jueves, 4 de diciembre de 2025 14:31

Los ataques contra barcos en el Caribe por parte de los Estados Unidos de Donald Trump son una extensión de la larga tradición de injerencia estadounidense en la región.

Estados Unidos tiene una larga y accidentada historia de intervención directa e indirecta en la política, las economías y las preocupaciones sociales de los países latinoamericanos, que se remonta a más de un siglo.

Durante los últimos dos siglos, Estados Unidos ha llevado a cabo reiteradas operaciones militares en América Central, América del Sur y el Caribe.

Desde fines del siglo XIX hasta principios del siglo XX, Estados Unidos llevó a cabo las Guerras bananeras, una serie de intervenciones militares en América Central, para proteger los intereses de las corporaciones estadounidenses en la región.

En 1934, bajo la presidencia de Franklin D. Roosevelt, Estados Unidos introdujo la “Política del Buen Vecino”, comprometiéndose a no invadir ni ocupar países latinoamericanos ni interferir en sus asuntos internos. Sin embargo, durante la Guerra Fría, financió varias operaciones destinadas a derrocar a líderes electos de izquierda en la región.

Muchas de estas operaciones han sido coordinadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU., fundada en 1947.

La administración del presidente Donald Trump ya se ha ganado su propio lugar en este extenso historial al llevar a cabo ataques militares contra buques civiles que presuntamente transportaban drogas desde Venezuela.

Muchos observadores creen que las acusaciones de Trump de que Venezuela es responsable del narcotráfico encubren su verdadero objetivo de un cambio de régimen en ese país.

Cronología de las operaciones de la CIA en América Latina

A continuación presentamos un análisis de algunas intervenciones notables de Estados Unidos en América Latina, por qué ocurrieron y cuál fue su impacto.

Golpe de Estado en Guatemala, 1954

En 1954, el presidente democráticamente electo de Guatemala, Jacobo Arbenz Guzmán, fue derrocado por grupos rebeldes locales respaldados por la CIA bajo el mandato del presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower.

Documentos desclasificados de la CIA revelaron que Estados Unidos pretendía derrocar a Árbenz, al menos en parte porque estaba implementando reformas agrarias que afectaban las prácticas laborales explotadoras de la United Fruit Company, empresa vinculada a la Casa Blanca y propietaria de aproximadamente el 40 % de las tierras de Guatemala.

En plena Guerra Fría, Estados Unidos acusó a Árbenz de ser cercano a la Unión Soviética y, bajo este motivo, la CIA orquestó la llamada “Operación PBSUCCESS”, un plan encubierto que fomentó la disidencia y entrenó y financió a rebeldes antigubernamentales liderados por el oficial militar Carlos Castillo Armas, con el objetivo de orquestar un golpe de Estado contra el nuevo presidente guatemalteco.

La CIA consideró asesinar a Árbenz, según el expediente desclasificado del servicio de inteligencia de EE.UU. Sin embargo, este renunció a la presidencia antes de que eso ocurriera y se exilió.

El 27 de junio de 1954, una serie de operaciones de la CIA desembocó en la dimisión del presidente Arbenz, obligado a buscar refugio en la embajada mexicana.

¿Cuál fue el impacto? Estados Unidos contribuyó a la instauración de una dictadura militar bajo el liderazgo de Carlos Castillo Armas, cuyas políticas finalmente desencadenaron casi cuatro décadas de guerra civil (1960-1996) y provocaron abusos masivos de derechos humanos, durante los cuales más de 200 000 guatemaltecos fueron asesinados o desaparecieron forzosamente.

Will Freeman, investigador de América Latina, afirmó que el golpe de Estado cerró “la posibilidad de la democracia”.

Invasión de Bahía de Cochinos, Cuba, 1961

En 1959, el líder comunista cubano Fidel Castro llegó al poder después de derrocar al dictador Fulgencio Batista.

En reacción, la CIA entrenó a exiliados cubanos para invadir Cuba, derrocar la revolución socialista de Fidel Castro y su gobierno, que mantenía estrechos vínculos con la Unión Soviética, e instaurar un régimen afín a Estados Unidos. En 1961, el presidente John F. Kennedy autorizó la invasión de Bahía de Cochinos.

Sin embargo, la operación estuvo mal planificada y ejecutada, y los planes encubiertos se filtraron incluso antes de la invasión. Las fuerzas cubanas aplastaron rápidamente la invasión después de que una de las unidades invasoras aterrizara en el lugar equivocado, los bombarderos de la CIA fallaran en muchos de sus objetivos, y los cubanos, contra las expectativas de la CIA, no se alzaran contra Castro.

¿Cuál fue el impacto? La administración del presidente John F. Kennedy quedó profundamente avergonzada por la debacle. Esta reforzó la popularidad de Castro en Cuba y acercó a Cuba a la Unión Soviética.

Los años 60 en Brasil

En 1961, João Goulart asumió la presidencia de Brasil con el mandato de impulsar reformas sociales y económicas. Mantuvo buenas relaciones con países socialistas como Cuba y nacionalizó una filial de la empresa estadounidense International Telephone and Telegraph (ITT).

En respuesta, la CIA financió a políticos proestadounidenses y apoyó a grupos anticomunistas. Esto debilitó el liderazgo de Goulart, culminando en un golpe militar en 1964, que instauró una dictadura favorable a Estados Unidos que duraría hasta 1985.

Años 60 en Ecuador

Después de pasar por 27 presidentes entre 1925 y 1947, Ecuador fue testigo de un raro período de estabilidad en la década de 1950.

Esto no duraría mucho. A principios de la década de 1960, Estados Unidos estaba preocupado por las políticas procubanas del presidente José Velasco Ibarra y su vicepresidente Carlos Julio Arosemena, quienes abogaban por relaciones más estrechas con los países del bloque soviético.

El ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, Philip Agee, relató en los años setenta, en su libro ‘Diario de la CIA’, cómo él mismo lideró la operación para socavar al gobierno progresista de José María Velasco Ibarra en Ecuador hasta lograr sacarlo del poder bajo fuerza. Agee cuenta cómo la CIA penetró e infiltró organizaciones sociales, movimientos políticos, medios de comunicación y sindicatos y hasta alcanzaron captar y reclutar agentes dentro de las instituciones gubernamentales para sabotear al país desde adentro. La operación dio resultado y solo tardó un año para que cayera el gobierno de Velasco.

Velasco fue reemplazado por el vicepresidente Julio Arosemana, quien rápidamente perdió el visto bueno de Washington por su relación estrecha con Cuba, y fue derrocado en un golpe militar el 11 de julio de 1963, también patrocinado por la CIA.

Bolivia en los años 60 y 70

Entre 1963 y 1964, Estados Unidos utilizó financiación encubierta, en gran medida a través de la CIA, para influir en la política de Bolivia.

La financiación respaldó a líderes afines a Estados Unidos y apoyó un golpe militar en noviembre de 1964, liderado por el general René Barrientos Ortuño, contra el presidente electo Víctor Paz Estenssoro. El golpe triunfó y obligó a Paz Estenssoro a exiliarse.

Pero Estados Unidos no terminó de interferir en Bolivia.

A principios de la década de 1970, Washington tenía en la mira otro cambio de régimen. Esta vez, el objetivo era el presidente Juan José Torres, quien había llegado al poder en 1970 y había nacionalizado varias empresas estadounidenses en el país.

Según la historia oficial del Departamento de Estado de EE.UU., el embajador estadounidense en La Paz, en junio de 1971, comunicó a Washington la necesidad de apoyar a los opositores de Torres. La Casa Blanca solicitó y recibió en secreto 410 000 dólares (3,3 millones de dólares actuales), fondos que críticos de la administración describieron como “dinero golpista” para financiar a líderes militares y políticos opuestos a Torres.

Dos meses después, el alto oficial militar Hugo Bánzer lideró un exitoso golpe de Estado contra Torres. Estados Unidos continuó financiando el gobierno de Bánzer, que gobernó hasta 1978. Casi dos décadas después, el ex dictador, Hugo Bánzer, volvió al poder tras ganar las elecciones de 1997.

Intervención en la República Dominicana, 1965

En 1965, las fuerzas estadounidenses pisan tierras dominicanas para intervenir en una guerra civil.

El presidente estadounidense Lyndon B. Johnson envió inicialmente a unos 400 marines estadounidenses a Santo Domingo para rescatar a los estadounidenses atrapados y en peligro por el estallido de una guerra civil. Johnson también quería impedir que un creciente movimiento izquierdista restituyera al destituido presidente dominicano Juan Bosch. Estados Unidos temía que se volviera comunista.

Sin embargo, bajo el pretexto de “salvar la vida de los norteamericanos” y evitar una “segunda Cuba” en el Caribe, Estados Unidos desplegó 42 000 efectivos militares en las costas de Santo Domingo en lo que se conoció como la “intervención dominicana”, casi el doble de los que mantenía entonces en Vietnam.

La intervención tenía como verdadero objetivo sofocar un levantamiento cívico-militar que exigía el retorno al poder del presidente democráticamente electo Juan Bosch, derrocado en 1963.

Estados Unidos ayudó a instalar un gobierno bajo el presidente Joaquín Balaguer, cuyo gobierno se vio empañado por informes de represión política, desapariciones forzadas y asesinatos de opositores.

Los años 70 en Chile

En Chile, documentos desclasificados de inteligencia estadounidense comprueban la implicación del país norteamericano en el golpe de Estado contra el presidente de izquierda, Salvador Allende, un líder izquierdista electo, y la instauración de una dictadura autoritaria bajo Augusto Pinochet.

La CIA financió el fin de la presidencia de Allende. Allende planeaba nacionalizar las empresas cupríferas chilenas, muchas de las cuales pertenecían a intereses estadounidenses.

En 1973, una junta militar dirigida por Augusto Pinochet derribó al presidente democráticamente elegido, iniciando así una brutal dictadura de casi 17 años.

Década de 1970: Operación Cóndor en seis países

Dos años después a partir de 1975, dictaduras militares de derecha en seis países latinoamericanos, lanzaron la Operación Cóndor, una campaña de represión política y terrorismo de Estado llevada a cabo con el respaldo de Estados Unidos, para eliminar a sus opositores políticos. 

La Operación Cóndor afectó a países del sur del continente, incluyendo Chile, Brasil, Bolivia, Argentina, Uruguay y Paraguay, ampliando, asimismo, la zona de influencia de Estados Unidos.

Intento contra la Revolución Sandinista en Nicaragua

El Gobierno sandinista tomó el poder en julio de 1979 tras el derrocamiento del dictador Anastasio Somoza.

En la década de 1980, Estados Unidos intentó, pero fracasó, derrocar al gobierno socialista sandinista de Nicaragua. La CIA financió, armó y entrenó a los grupos contrarrevolucionarios de extrema derecha conocidos como ‘la Contra’ y otros escuadrones de la muerte que operan subrepticiamente en territorio centroamericano.

A pesar de una guerra de una década de duración entre el Gobierno nicaragüense y los grupos rebeldes, fuertemente apoyados por Estados Unidos, Washington nunca pudo cumplir su ambición de una intervención militar directa para derrocar a los sandinistas.

La década de 1980 en El Salvador

Estados Unidos proporcionó cientos de millones de dólares en asistencia militar al ejército de El Salvador durante una guerra civil en la década de 1980 como parte de la política de la Guerra Fría para contrarrestar a los movimientos izquierdistas.

En diciembre de 1981, el Batallón Atlácatl del ejército salvadoreño llevó a cabo una masacre mortal en la aldea de El Mozote, donde murieron cerca de 1000 civiles, entre ellos mujeres y niños. Esto ocurrió durante la guerra civil de El Salvador de 1980-1992.

El batallón de élite fue entrenado y equipado por Estados Unidos en el marco de su política más amplia, durante la Guerra Fría, de reprimir las rebeliones izquierdistas en Latinoamérica. El gobierno estadounidense incrementó considerablemente la ayuda militar a El Salvador entre 1980 y 1982.

Granada en la década de 1980

El presidente Ronald Reagan ordenó a las fuerzas estadounidenses invadir la isla caribeña de Granada en 1983. El gobierno de Granada fue derrocado en aproximadamente una semana. Diecinueve soldados estadounidenses murieron.

Ya era una historia conocida. Maurice Bishop, primer ministro de la pequeña isla caribeña, había adoptado políticas marxistas-leninistas tras tomar el poder en 1979, cuando el anterior primer ministro, Eric Gairy, se encontraba fuera del país.

A principios de la década de 1980, Estados Unidos estaba preocupado por la influencia cubana en Granada. Ante el estallido de sangrientas luchas internas en el partido de Bishop por una disputa de liderazgo en octubre de 1983, Estados Unidos lanzó una operación denominada Furia Urgente, invadiendo el país, capturando a cubanos en Granada y asegurando que el futuro del país estuviera alineado con las prioridades estadounidenses.

Invasión de Panamá, 1989

Estados Unidos invadió Panamá en 1989 durante la presidencia de George H.W. Bush, republicano. La invasión se denominó “Operación Causa Justa”.

Miles de soldados estadounidenses llegaron a Panamá por tierra, mar y aire para derrocar a su líder de facto, Manuel Noriega, un antiguo aliado clave de EE.UU. que había sido reclutado por la CIA para ayudar a Estados Unidos a detener la expansión del comunismo en Centroamérica.

Estados Unidos justificó la invasión diciendo que se llevó a cabo para derrocar a Noriega por presunto tráfico de drogas. Washington también sospechaba que era agente doble de la agencia de inteligencia cubana.

El presidente de EE.UU. George H.W. Bush ordenó la invasión de Panamá en diciembre de 1989, enviando a más de 20 000 soldados estadounidenses para invadir el país y tomar el control de instalaciones militares y de infraestructura. Encontraron una resistencia dispersa. Oficialmente, 514 soldados y civiles panameños murieron en la invasión. Sin embargo, algunos informes locales han duplicado la cifra. Veintitrés militares estadounidenses murieron.

Noriega fue finalmente arrestado por agentes de la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA), pero solo después de que urdieran un plan para obligarlo a abandonar la embajada del Vaticano en Ciudad de Panamá, donde se había refugiado durante 10 días.

Dicho plan consistía en poner música a todo volumen en su dirección, las 24 horas del día, lo que obligó a Noriega a rendirse a los funcionarios de la DEA el 3 de enero de 1990.

¿Cuál fue el impacto? Los críticos del episodio afirman que es un ejemplo del flagrante desprecio de Estados Unidos por la soberanía de una nación. El opositor de Noriega, Guillermo Endara, juró la presidencia con la ayuda de las fuerzas estadounidenses horas después de la invasión.

Intervención en Haití, 1994

Estados Unidos ha intervenido repetidamente en Haití desde 1915, e incluso mucho antes. En 1994, como parte de la llamada “Operación Defender la Democracia”, el ejército estadounidense llegó de nuevo como parte de una fuerza multinacional destinada a reinstalar en el poder al presidente electo de Haití, Jean-Bertrand Aristide, quien había sido derrocado en un golpe militar tres años antes.

Sin embargo, la democracia, los derechos humanos, las libertades, esos principios han sido usados por Estados Unidos para agredir a América Latina y el Caribe, e imponer gobiernos dictatoriales, crueles y sanguinarios, que defiendan los intereses de Washington y sean leales a la Casa Blanca.

Las tropas estadounidenses desembarcaron en Haití sin oposición. La fuerza de invasión contaba con casi 25 000 militares de todas las fuerzas armadas, respaldados por dos portaviones y un amplio apoyo aéreo.

La invasión reinstala a Aristide. Pero la intervención en Haití tuvo un éxito efímero. Estados Unidos lideró una nueva intervención internacional diez años después, en 2004, cuando el gobierno del presidente Aristide fue derrocado de nuevo.

La ocupación en Haití no era una novedad ya que el 28 de julio de 1915, el ejército estadounidense invadió el país luego de una serie de sucesos violentos que culminaron con el asesinato del dictador Vibrum Guillame Sam, quien había llegado al poder luego de una serie de gobiernos de facto. Estados Unidos permaneció en Haití hasta 1934.

El terremoto fue otro pretexto

Asimismo, en 2010, Estados Unidos utilizó el pretexto del terremoto para otra vez invadir militarmente a Haití.

Washington envió soldados a la isla tras el terremoto que devastó Haití y que dejó un saldo de 300 mil muertos y a millones sin vivienda. De acuerdo con los expertos en relaciones internacionales, dichas estructuras de dominación han fracturado ‘la soberanía y autodeterminación de Haití’.

Las intervenciones estadounidenses continuaron

2002

Con apoyo logístico y de armamento, Estados Unidos participó en el fallido golpe de Estado contra el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela en 2002.

2009

El presidente hondureño José Manuel Zelaya es derrocado en el golpe de Estado de 2009. El apoyo directo e indirecto de Estados Unidos al golpe militar y al régimen de derecha que le siguió fue uno de los casos más significativos de intervencionismo estadounidense en Centroamérica en este siglo.

2019

Durante el primer mandato de Trump, la Casa Blanca reconoció al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela en 2019, brindándole apoyo político y financiero.