Las organizaciones recordaron su legado, pero también a los responsables del fin del gobierno popular.
Ellos se oponen a la desmemoria, a 52 años del golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende y que instaló la sangrienta dictadura encabezada por Augusto Pinochet. Las conmemoraciones comenzaron el domingo, con una romería hacia el cementerio.
Este jueves, los claveles rojos -símbolo de resistencia- se depositaron en el monumento a Salvador Allende, frente al Palacio de La Moneda desde donde dirigió sus últimas palabras al pueblo que lo eligió: “En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección. El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición”.
El rol del imperialismo norteamericano contra el gobierno de Salvador Allende se replica hoy en otras latitudes.
A 52 años, la misma derecha chilena que se coordinó con Estados Unidos para desestabilizar el gobierno popular, sigue diciendo que “no fue un golpe de Estado”, mientras el país se enfrenta a uno de los procesos electorales más derechizados de su historia.
Beatriz Michell, Santiago de Chile
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