Las organizaciones y movimientos políticos latinoamericanos en la declaración final del encuentro de ELAP, que se celebró del 28 al 30 de septiembre en Quito (capital ecuatoriana), debatieron en torno a los desafíos que enfrentan las gestiones progresistas de la región.
El texto que fue leído por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, respalda al Gobierno del país anfitrión “frente a cualquier intento desestabilizador que pretenda desde la violencia o la vía antidemocrática la toma de poder”.
De igual manera, brinda su apoyo al Gobierno de la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén y al de Nicaragua, Daniel Ortega, ante los intentos desestabilizadores mediante guerras económicas y mediáticas.
Los movimientos a través del comunicado final celebraron el restablecimiento de los lazos diplomáticos entre Cuba y EE.UU., y además, pidieron el cierre de la prisión militar estadounidense en la bahía de Guantánamo, en el sureste de Cuba.

El documento expresa también su oposición contra el bloqueo económico, financiero y comercial mantenido por los Estados Unidos contra la isla.
Asimismo, celebró el acuerdo de las firmas de paz definitivo entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno de este país, acto que deberá realizarse antes del 23 de marzo del 2016.
Para ELAP, el plan de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y el de la Unión de Naciones Suramericanos (Unasur) son considerables “para facilitar el diálogo entre Venezuela y Colombia, y restablecer la confianza, para una frontera de paz propuesta por el presidente de Venezuela Nicolás Maduro”.
La declaración de la clausura de la reunión respalda los procesos democráticos durante las próximas elecciones presidenciales de Argentina y Nicaragua.
Además, puso hincapié en el fortalecimiento del ELAP que tiene como propósito extender las relaciones con los países de la región y establecer la paz en Latinoamérica y el Caribe.

La segunda edición del Encuentro Latinoamericano Progresista reunió a más de 80 organizaciones políticas para debatir sobre los retos y desafíos que enfrentan los gobiernos progresistas de la región en el actual escenario político.
Durante los tres días se llevaron a cabo charlas magistrales y mesas de trabajo temáticas en las que los participantes debatieron temas como la construcción del socialismo del buen vivir, la situación de América Latina en el contexto de la economía mundial, temas relacionados a la Celac, la construcción de organizaciones políticas de izquierda moderna, entre otros.
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