Obama "será bienvenido por el Gobierno de Cuba y su pueblo con la hospitalidad que los distingue, y será tratado con toda consideración y respeto", pero "nadie puede pretender que para ello, tengamos que renunciar a uno solo de sus principios, ceder un ápice en su defensa", dice este miércoles un editorial del diario oficial del Partido Comunista cubano (PCC, único) Granma.
El rotativo asegura que Cuba acepta con gusto un diálogo respetuoso con el Gobierno de EE. UU. y está dispuesta a desarrollar relaciones de convivencia civilizada con el país norteamericano, pero tal postura no significa que la Isla tenga que “renunciar a las ideas en las cuales creemos y que nos han traído hasta aquí, a nuestro socialismo”.
Obama será bienvenido por el Gobierno de Cuba y su pueblo con la hospitalidad que los distingue y será tratado con toda consideración y respeto, pero nadie puede pretender que para ello, tengamos que renunciar a uno solo de sus principios, ceder un ápice en su defensa", dice un editorial de Granma.
Según el texto, aunque el histórico viaje de Obama a la Isla, previsto entre el 20 y el 22 de marzo, es primordial para la normalización de las relaciones entre La Habana y Washington, pero recalca que hay que solucionar "asuntos claves", incluido el cese del más de medio siglo del bloqueo estadounidense a Cuba.
"Para normalizar las relaciones con los Estados Unidos, será determinante que se levante el bloqueo económico, comercial y financiero, que provoca privaciones al pueblo cubano y es el principal obstáculo para el desarrollo de la economía de nuestro país", señala Granma.
El diario demanda además, entre otras cosas, la devolución del terreno donde está ubicada la base naval estadounidense de Guantánamo, y el cese de LOS intentos llevados a cabo desde EE. UU. para crear y financiar una oposición política interna en Cuba.
Para Granma, la nueva etapa en las relaciones con EE. UU. es resultado de más de cinco décadas de la resistencia de la nación de Cuba ante la política de abierta hostilidad de Washington.
Ante tal resistencia, EE. UU. ya ha reconocido que “Ni la fuerza, ni la coerción económica, ni el aislamiento lograron imponer a Cuba una condición contraria a sus aspiraciones forjadas en casi siglo y medio de heroicas luchas”, destaca el texto.
EE. UU. y Cuba se embarcaron el 17 de diciembre de 2014 en un diálogo para restaurar las relaciones bilaterales tras décadas de enfriamiento político. Desde entonces, Estados Unidos y Cuba abrieron nuevamente sus embajadas correspondientes en La Habana y Washington, y han hecho avances para restaurar los viajes aéreos y ajustar otras restricciones.
Los republicanos y algunos demócratas de EE. UU. han criticado los planes de Obama de visitar Cuba, y lo describen como una “recompensa inmerecida” para los gobernantes de la Isla.
Obama se convertirá en el primer mandatario de EE. UU. que viaje a La Habana en casi 90 años, después de la visita que efectuó a ese país en 1928 el entonces presidente Calvin Coolidge.
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