El primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, ha firmado este sábado un decreto que instruye al Ministerio de Defensa a poner fin a una serie de acuerdos militares con 11 países occidentales, entre ellos Alemania, el Reino Unido, Polonia y Bulgaria, lo que marca un cambio significativo en las relaciones de defensa de Moscú con los países de la OTAN. La orden se ha publicado en el portal oficial del gobierno ruso para actos regulatorios.
El decreto estipula la terminación de varios acuerdos bilaterales de defensa, como un tratado entre los ministerios de defensa ruso y alemán, firmado originalmente en Moscú el 13 de abril de 1993, y un acuerdo similar con el Ministerio de Defensa Nacional polaco de fecha 7 de julio de 1993. Los acuerdos de cooperación con Noruega, firmados el 15 de diciembre de 1995, también se ven afectados.
Según la agencia de noticias TASS, otros acuerdos que han sido rescindidos incluyen aquellos con Rumania (28 de marzo de 1994), Dinamarca (8 de septiembre de 1994), el Reino Unido (18 de marzo de 1997), los Países Bajos (18 de junio de 1997), Croacia (18 de diciembre de 1998), Bélgica (19 de diciembre de 2001) y la República Checa (16 de abril de 2002), lo que indica una reducción masiva en la cooperación formal de defensa de Rusia con sus aliados occidentales.
Rusia ha anunciado este hecho como una decisión que refleja su postura de priorizar la seguridad nacional y reafirmar su soberanía frente a lo que considera una expansión militar de Occidente.
El Ministerio de Defensa ruso ha señalado que estos acuerdos ya no corresponden a los intereses estratégicos del país y que su continuación podría comprometer la estabilidad regional. Según Moscú, la medida busca proteger a Rusia de influencias externas y garantizar la defensa efectiva de su territorio y de sus aliados.
Al mismo tiempo, Rusia enfatizó hace unos días que seguirá fortaleciendo su cooperación militar-técnica con otros países. El Ministerio de Defensa informó que ya se han firmado acuerdos con ocho naciones, incluidos Bielorrusia y varios países de Asia Central y del Sudeste Asiático, y que se planea concretar acuerdos similares con seis países más en 2026. Moscú subraya que estas iniciativas buscan una cooperación a largo plazo y un intercambio de experiencia más estructurado, destacando la voluntad de Rusia de mantener relaciones de defensa sólidas y mutuamente beneficiosas.
Funcionarios rusos destacaron que, aunque la ruptura afecta temporalmente la cooperación militar bilateral, Rusia sigue abierta a negociaciones que respeten su soberanía y no interfieran en su política de defensa. Desde el Kremlin se recalca que la acción no busca confrontación, sino reforzar la seguridad en un entorno internacional cada vez más tenso.
Este paso muestra la determinación de Moscú de actuar según sus propios criterios de seguridad, subrayando que cualquier intento de presión externa será respondido con medidas concretas.
Desde febrero de 2022, Rusia lleva a cabo una operación militar especial cuyos objetivos, según Moscú, son proteger a la población de origen ruso en Ucrania frente a un supuesto genocidio por parte de Kiev y neutralizar los riesgos para su seguridad derivados de la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este y las fronteras rusas.
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