“EE.UU. y sus aliados están agitando una nueva escalada de tensiones”, ha denunciado este viernes Lavrov respecto a las medidas unilaterales de Occidente para castigar a la Federación de Rusia por la operación en Ucrania.
De hecho, Lavrov ha alertado que “las consecuencias son especialmente pronunciadas en las áreas de la seguridad alimentaria y la energética, donde se ha creado artificialmente una escasez como resultado de las acciones de Occidente”.
En declaraciones ofrecidas al margen de la reunión de los titulares de Exteriores de los países del Grupo de los 20 (G20) en la isla indonesia de Bali, ha lamentado que Europa y el resto del mundo, se hayan visto obligados a abandonar las fuentes “baratas” de energía rusa, que están disponibles en abundancia.
De igual manera, ha subrayado que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) deben eliminar sus restricciones logísticas y de pago sobre el suministro de granos, lo que, según el alto político ruso, es la solución a la crisis alimentaria global.
Después de que Rusia lanzara el 24 de febrero una operación militar contra Ucrania, Washington y sus aliados occidentales han impuesto varias rondas de sanciones financieras y comerciales contra el país euroasiático.
A su vez, Rusia ha condenado enérgicamente las hostilidades de Occidente en su contra, calificándolas de una “declaración de guerra”. Además, el Kremlin una y otra vez ha dejado claro que esas medidas tendrán graves repercusiones en otros países y provocarán una crisis alimentaria y económica en el mundo. “Ahora buscan a quién culpar y en esta situación, el candidato más cómodo es Rusia”, denunció el presidente Vladimir Putin en su momento.
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