A pesar de haber transcurrido más de dos décadas de la ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN), la citada Cartera rusa ha denunciado este martes la postura destructiva de EE.UU. hacia este tratado y ha acusado al Gobierno de dicho país, presidido por Donald Trump, de querer reanudar sus ensayos nucleares.
“Nos vemos obligados a constatar un grave empeoramiento de la situación en torno al TPCEN. Un cuarto de siglo después de la apertura para su firma, el tratado aún sigue sin entrar en vigor”, ha indicado la Cancillería rusa con ocasión del 20. º aniversario de la ratificación del mencionado tratado por Moscú.
Estas declaraciones se han realizado dos meses después de que el diario estadounidense Washington Post revelara que EE.UU. sopesa la idea de realizar la primera prueba nuclear del país norteamericano en casi 30 años.
Rusia ha subrayado que todo lo que acontece es por culpa de EE.UU. y otras siete naciones que siguen sin ratificar o incluso sin suscribir este acuerdo, y ha instado a estos ocho países a reconsiderar su postura y dar luz verde para que el convenio —importantísimo para la seguridad global— se transforme en una herramienta cabal del derecho internacional.
“El régimen de la no proliferación y el control de armas enfrentan retos extremadamente graves. Es necesario hacer lo posible para revertir las tendencias negativas”, ha sostenido.
Sin embargo, ha enfatizado que la posición más destructiva en este sentido es la de EE.UU., que oficialmente ha declarado que no tiene intención alguna de ratificar el TPCEN y prepara el terreno para reanudar los ensayos nucleares.
Conforme advierten varios expertos, la Administración de Trump está destruyendo los logros alcanzados a nivel mundial sobre la no proliferación de armas nucleares, invirtiendo ingentes fondos en la modernización y reconstrucción del arsenal nuclear de EE.UU. y, ahora, pretendiendo realizar la primera prueba nuclear del país tras décadas.
El Gobierno estadounidense firmó el TPCEN en 1996, pero el Senado votó en contra de ratificarlo. El tratado ha sido firmado y ratificado por 168 Estados, pero no entrará en vigor hasta que otros ocho países lo suscriban.
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