“No ocultamos nuestra actitud negativa respecto al movimiento hacia nuestras fronteras de la infraestructura militar de la OTAN (siglas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte), ni al arrastre de nuevos Estados a la actividad militar del bloque”, ha dicho hoy lunes Lavrov.
Tras invocar el derecho soberano de Rusia a garantizar su propia seguridad “con medidas apropiadas a los riesgos actuales”, el jefe de la Diplomacia rusa ha manifestado confiar en la comprensión de los países vecinos, y en particular de Finlandia, junto a cuyo ministro de Exteriores, Timo Soini, comparecía en la capital rusa, Moscú.
Soini, por su parte, ha recalcado la importancia para su país de mantener buenas relaciones con su vecino oriental y ha querido restar importancia a las maniobras masivas comenzadas la semana pasada por la OTAN en territorio finlandés, entre otros, señalando que “se han venido realizando desde 1993”.
“Por supuesto, el único objetivo de estos ejercicios es reforzar nuestra seguridad y nuestras habilidades, y en ninguna manera están dirigidos contra nadie de la región en particular”, ha dicho el canciller finlandés.
Cabe señalar que Finlandia, aparte de Rusia, sólo comparte fronteras terrestres con Noruega, miembro de la OTAN, y Suecia, cuyo territorio nacional es uno de los que acogen estos días las maniobras del bloque militar occidental.
El canciller ruso, sin embargo, ha recalcado que el Kremlin no percibe ninguna amenaza en la región del mar Báltico que “justifique su militarización”. “Estoy seguro de que cualquier político serio y honesto es perfectamente consciente de que Rusia no va a atacar nunca a ningún país de la Alianza Atlántica”, ha dicho.
El finlandés, por su parte, al resaltar la importancia para Helsinki de los lazos con Moscú, ha asegurado que los dos Gobiernos están trabajando para reimpulsar el comercio, y ha dicho esperar una visita a su país del presidente ruso, Vladimir Putin, a principios de julio, extremo éste que ha sido confirmado por fuentes oficiales rusas.
En agosto de 2014, al imponer embargos la Unión Europea (UE) a Rusia en el marco del conflicto ucraniano, Helsinki había alertado de que las “sanciones” podrían desencadenar una crisis económica en su país. Al año siguiente, medios de prensa estadounidense reconocían los obstáculos al comercio ruso-finlandés como una de las razones principales del aumento del desempleo en Finlandia.
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