El embajador y representante permanente de la República Islámica de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Amir Said Iravani, ha intervenido este martes en la Asamblea General para abordar las sanciones impuestas por Estados Unidos a Cuba, instando a su eliminación “sin condiciones”.
“La comunidad internacional se reúne por trigésimo tercera vez en este foro para reafirmar su firme oposición al unilateralismo desmedido y a políticas exteriores que recurren a acciones coercitivas, impuestas por un Estado que se percibe a sí mismo por encima del derecho internacional”, ha señalado Iravani.
El diplomático iraní ha destacado que las sanciones unilaterales constituyen actos ilegales, basados en el orgullo y el unilateralismo, que amenazan el multilateralismo, desestabilizan el orden mundial y debilitan el espíritu fundamental de la Carta de la ONU. “Tales medidas generan efectos negativos profundos sobre la promoción de la paz, tanto regional como globalmente, y constituyen un obstáculo fundamental para alcanzar un mundo pacífico y próspero, así como un orden internacional justo y equitativo, condición indispensable para el desarrollo sostenible”, ha subrayado.
El representante iraní ha manifestado que “la prolongada aplicación de sanciones y del bloqueo unilateral e inhumano contra Cuba, vigente durante más de seis décadas bajo el pretexto de promover la democracia, constituye un ejemplo claro de acciones coercitivas contra un país soberano, que han afectado sistemáticamente los derechos y el bienestar del pueblo cubano”, al tiempo que ha denunciado que “Estados Unidos continúa ignorando la demanda unánime de la comunidad internacional de poner fin a estas hostilidades”.
En este sentido, Iravani ha reiterado la oposición de Irán a cualquier sanción económica, comercial o financiera dirigida a países soberanos, incluyendo Cuba, y ha condenado que “las políticas unilaterales de Washington han tenido como principales víctimas a la población civil, especialmente mujeres, niños y personas mayores, afectando gravemente su salud, seguridad y bienestar. Asimismo, estas sanciones representan un obstáculo complejo para el desarrollo, considerado un derecho humano fundamental”.
El diplomático ha enfatizado que el uso de sanciones como instrumento para coaccionar a países independientes a renunciar a su soberanía y libertad debe ser condenado de manera explícita y categórica, ya que menoscaba la dignidad y el prestigio de los Estados afectados.
Asimismo, ha recordado que la mayoría de la comunidad internacional, a través de repetidas resoluciones de la Asamblea General de la ONU, ha rechazado la continuación de las sanciones contra Cuba y ha instado a Estados Unidos a revisar sus políticas y levantar el bloqueo. “El levantamiento del bloqueo debe ocurrir de manera inmediata y sin condiciones, lo que no solo aliviaría la situación del pueblo cubano, sino que enviaría un mensaje claro de que la era de la coerción y la opresión económica ha terminado”, ha subrayado el embajador iraní.
El representante iraní ha concluido reafirmando la solidaridad inquebrantable de la República Islámica de Irán con el gobierno y el pueblo cubano en su lucha contra estas medidas injustas, comprometiéndose a seguir trabajando junto a todas las naciones comprometidas con la justicia para eliminar cualquier forma de acción coercitiva unilateral que socave la independencia de los países y la cooperación internacional.
Las sanciones y el embargo impuestos por Estados Unidos a Cuba se remontan a 1960, tras la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro. Inicialmente, estas medidas respondieron a la nacionalización de propiedades estadounidenses en la isla y a la alineación de Cuba con la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Desde entonces, el embargo se ha ampliado progresivamente, incorporando restricciones económicas, comerciales y financieras que afectan a diversos sectores de la economía cubana.
Estados Unidos ha justificado estas sanciones como un apoyo al pueblo cubano y a los prisioneros políticos, citando, entre otros hechos, la dura represión del gobierno cubano a las protestas de julio de 2021, las mayores manifestaciones desde la Revolución de 1959. No obstante, organizaciones internacionales y numerosos países han criticado que estas medidas afectan principalmente a la población civil, restringiendo el acceso a alimentos, medicinas y otros bienes básicos, y dificultando el desarrollo económico y social del país.
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