En una rueda de prensa, Ghazi Hamad, uno de los directivos de Hamás, destacó que han transcurrido 66 días desde que entró en vigor el acuerdo de alto al fuego. Aseguró que las disposiciones del acuerdo son "transparentes, precisas y sin ambigüedades", pero lamentó que el régimen israelí las esté violando de manera deliberada a diario.
Hamad reveló que las infracciones israelíes incluyen asesinatos, ejecuciones, disparos a civiles, ataques aéreos y bombardeos contra la Franja de Gaza, así como frecuentes violaciones de la Línea Amarilla, un aspecto clave del acuerdo.
El dirigente de Hamás también subrayó que el régimen israelí impone restricciones a la entrada de ayuda humanitaria y bloquea el acceso a numerosos artículos bajo el pretexto de su posible doble uso. Además, señaló que no ha mantenido abierto el cruce de Rafah, impidiendo la entrada de equipos médicos y maquinaria para la reconstrucción.
Por su parte, el portavoz de HAMAS, Hazem Qasem, denunció que los recientes actos en la Franja de Gaza, como el hundimiento de tiendas de campaña para refugiados, constituyen una continuación de la campaña genocida que el régimen de ocupación israelí libra contra los palestinos. Qasem alertó sobre la falta de equipos de calefacción, el descenso de las temperaturas y la llegada insuficiente de combustible, menos del 10 % del total acordado por Israel.
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