“La República Islámica, tradicionalmente y a raíz de sus experiencias anteriores, no confía en las afirmaciones estadounidenses, y rechaza cualquier diálogo directo (con EE.UU.), pues, a juicio de las autoridades iraníes, no existe garantía alguna de que unas nuevas rondas de diálogos no acaben como finalizaron las primeras”, señaló el presidente de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Ali Akbar Salehi, en alusión a las conversaciones que terminaron en la firma del pacto nuclear de 2015, del que Washington se salió unilateralmente en mayo de 2018.
En un artículo escrito para el diario francés Le Figaro, publicado el miércoles, el alto funcionario iraní se ha referido, asimismo, a las declaraciones del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, quien ha refutado la posibilidad de dialogar de nuevo con EE.UU., tildando tal circunstancia de ser un “veneno”.
No obstante, aún existen posibilidades de salvar el pacto nuclear de 2015, ha agregado Salehi, para luego explicar que, para lograr tal fin, Estados Unidos debería levantar todas las sanciones que le ha impuesto a Irán tras su salida ilegal del convenio nuclear. “Tal medida podría allanar el camino para recuperar la destrozada confianza”, subrayó.
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La República Islámica, tradicionalmente y a raíz de sus experiencias anteriores, no confía en las afirmaciones estadounidenses, y rechaza cualquier diálogo directo (con EE.UU.), pues, a juicio de las autoridades iraníes, no existe garantía alguna de que unas nuevas rondas de diálogos no acaben como finalizaron las primeras”, señaló el presidente de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Ali Akbar Salehi, en alusión a las conversaciones que terminaron en la firma del pacto nuclear de 2015, del que Washington se salió unilateralmente en mayo de 2018.
El presidente de la OEAI atribuyó la hostilidad de larga data de la Casa Blanca hacia la República Islámica a la naturaleza independiente de Irán y sus esfuerzos por promover la justicia y la igualdad en el mundo, desafiando así las estrategias hegemónicas de EE.UU.
“Tras la Revolución Islámica, el sistema de la República Islámica siempre ha hecho todo lo posible por salvaguardar la integridad nacional del país persa y conseguir los derechos del pueblo iraní, como el desarrollo de la tecnología nuclear para fines pacíficos”, indicó Salehi.
No obstante, el Gobierno estadounidense, agregó, ha recurrido a mentiras, falsas afirmaciones y una guerra mediática contra el programa nuclear pacífico de Irán para implementar una política de “máxima presión” en su contra, imponiéndole varias rondas de sanciones.
La Administración del expresidente estadounidense Barack Obama, al ver que la política antiraní de Washington era un fiasco, se vio obligado a retroceder e iniciar negociaciones con Teherán, las cuales conllevaron a la firma del acuerdo nuclear por Teherán y el Grupo 5+1 —que entonces integraban EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania—.
El actual Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, violó, sin embargo, el pacto, una actuación ilegal y unilateral que fue condenada por muchos países. Irán optó, a su vez y en primer término, por adoptar la estrategia de resistir y contemplar una paciencia estratégica.
Tras la Revolución Islámica, el sistema de la República Islámica siempre ha hecho todo lo posible por salvaguardar la integridad nacional del país persa y conseguir los derechos del pueblo iraní, como el desarrollo de la tecnología nuclear para fines pacíficos”, censuró el presidente de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Ali Akbar Salehi.
Pero, transcurrido un año del sabotaje de Washington al convenio y ante la ineptitud de Europa para compensar la salida de EE.UU. y garantizar el comercio con Irán pese a las sanciones estadounidenses, Irán decidió actuar con reciprocidad y reducir algunos de los compromisos que había contraído bajo el acuerdo nuclear, conocido oficialmente como el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), evocó.
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El 7 de julio expiró el plazo de 60 días que había dado Teherán a Europa para que tomara medidas prácticas en compensación por el daño infligido al pacto por Washington tras su ilegal salida del mismo.
Teherán consideró insuficientes las medidas de Europa en el mencionado plazo, pues no cumplían sus expectativas y, como había anunciado con anterioridad, aumentó, a partir de ese día, el nivel límite de enriquecimiento de uranio del 3,67 por ciento determinado en el pacto multilateral y, a continuación, completará la construcción del reactor de agua pesada de Arak.
Ante la constante falta de medidas prácticas por parte de Europa, Irán ha prometido, además, dar “con mayor firmeza” el tercer paso sobre el acuerdo nuclear si el resto de signatarios del mismo siguen sin asumir sus compromisos.
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