El portavoz de la Cancillería iraní, Bahram Qasemi, ha rechazado hoy jueves un comunicado del citado comité, integrado por Egipto, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin, que acusó la víspera al país persa de “intervenir en los asuntos internos de los países árabes, apoyar el terrorismo y promover el sectarismo”.
Esas posturas, ha agregado el diplomático persa, no reflejan los puntos de vista de todos los países del Oriente Medio, y “solo minarán la confianza y ampliarán la brecha en las relaciones entre los Estados de la región”.
Qasemi ha asegurado que Irán no se verá influenciado por tales “medidas hostiles basadas en ilusiones crónicas” de los miembros del Cuarteto Árabe y nunca cambiará su política independiente de “oponerse a la invasión de Yemen, a la presencia militar extranjera en el Golfo Pérsico y de luchar contra el terrorismo”.
El vocero de la Diplomacia persa ha instado al Cuarteto Árabe a “avanzar hacia la creación de una seguridad sostenible sobre la base de la cooperación colectiva con todos los países de la región” y a abandonar “la invasión, la hostilidad, las sanciones, los bloqueos económicos y los intentos para eliminar a una nación de las ecuaciones regionales”.
Al adoptar políticas antiraníes, ha dicho Qasemi, el Cuarteto Árabe “no puede evadir la responsabilidad en promover políticas destructivas que han creado y prolongado crisis como la de Yemen”, sumido en caos y la “catástrofe humanitaria”.
En marzo de 2015, Riad y sus aliados comenzaron una campaña de ataques aéreos contra Yemen con el propósito de restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, un estrecho aliado de Riad que apoya la intervención militar en su país.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, repudió a finales de febrero que la agresión saudí a Yemen generara una hambruna feroz, que ha segado la vida de más de 80 000 niños menores de cinco años, mientras otros 360 000 están luchando a diario por su vida.
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