“La decisión de la Universidad de Georgetown de terminar mi afiliación de 10 años es otra consecuencia de las sanciones que Estados Unidos me impuso en julio pasado por exponer el genocidio de Israel y la complicidad de empresas estadounidenses”, ha escrito la relatora especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese en una publicación en X este lunes.
Albanese ha añadido que “cualquier otra explicación es la habitual propaganda risible de los esbirros pro genocidio”.
En efecto, la directora del Instituto para el Estudio de la Migración Internacional de la Universidad de Georgetown, Anna Maria Mayda, ha corroborado que Albanese “ya no está afiliada a la Universidad de Georgetown”.
Albanese era académica afiliada a la Escuela de Servicio Exterior de Georgetown. Este puesto no la convertía en empleada de Georgetown, pero le daba acceso a recursos de la escuela y a ciertas oportunidades de colaboración.
La relatora el 30 de junio escribió un informe en el que nombraba a más de 60 empresas, incluidas importantes firmas tecnológicas estadounidenses como Google, Amazon y Microsoft, que, según ella, estaban involucradas en la transformación de la economía de ocupación de Israel en una economía de genocidio.
El informe de la abogada italiana fue citado por el secretario de Estados Unidos, Marco Rubio, como una razón clave para sancionarla.
Expertos legales y grupos de derechos humanos advierten que sancionar a investigadores como Albanese sienta un precedente peligroso y debilita el derecho internacional en un momento en que se necesita urgentemente rendir cuentas.
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