Según los detalles publicados en el sitio web oficial del mencionado ministerio israelí, la ampliación del asentamiento busca “fortalecer la presencia judía” en la zona fronteriza, en el marco de lo que las autoridades sionistas justifican como esfuerzos para reducir el contrabando y mejorar la seguridad.
Los analistas, sin embargo, sostienen que el plan se ajusta a una política más amplia orientada a intensificar la expansión ilegal en territorio palestino bajo el pretexto de la seguridad, convirtiendo de facto las regiones fronterizas sensibles en bloques de asentamientos permanentes.
A comienzos de este mes, la titular del ministerio de asuntos de asentamientos israelí, Orit Strock, realizó una visita a la zona junto con el jefe del consejo regional de Ramat Néguev y representantes de su ministerio y del de agricultura.
Reportes indican que la comitiva deliberó principalmente sobre la expansión poblacional y los programas de desarrollo destinados a reforzar la presencia israelí a lo largo de la frontera; una medida que las autoridades han descrito como un instrumento contra la “delincuencia y el contrabando”.
Observadores sostienen que esta decisión encarna una estrategia sostenida de “judaización suave”, que aprovecha la expansión de los asentamientos para afianzar el control israelí sobre su límite meridional.
Advierten que el plan podría modificar la dinámica demográfica y de seguridad en la zona fronteriza al crear lo que los propios funcionarios han denominado un “muro humano”.
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