En la primera parte de este articulo referí al apoyo que Estados Unidos y sus socios europeos han otorgado al régimen de Zelenski, que hace marchar a su sociedad, como cordero al matadero, para ser parte de la OTAN y supuestamente de la Unión Europea, aunque en esta última organización se estime que no alcanza los estándares políticos, económicos y de estabilidad como país y que sólo es visto como país testaferro, servil a los intereses de las potencias occidentales hegemónicas y arrogantes.
En esas primeras letras de este trabajo consignaba que, mientras el gobierno de Zelensky enfrenta graves cuestionamientos por corrupción en plena guerra, su régimen civil militar profundiza una estrategia basada en el sabotaje y el terrorismo como vía desesperada para intentar revertir un escenario adverso. ¿Hasta dónde puede escalar este camino y qué rol juegan las potencias occidentales? Una incógnita que Rusia trata de dilucidar enfrentando al ente nazi ucraniano en el campo de batalla para derrotarlo sin vuelta atrás.
El régimen kievita, según las denuncias entregadas por las autoridades rusas y organismos internacionales, utiliza el terrorismo como método de guerra y el permanente interés en llevar adelante estos actos adoptándolo como herramientas de política estatal. Para el ministerio de defensa de la federación rusa las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU por sus siglas en inglés) utilizan el terrorismo como una manera de alimentar el pánico y alentar un sentimiento derrotista en la sociedad rusa que les permita intimidar a la población civil, generar descontento con las políticas de gobierno mediante políticas de desestabilización de las autoridades gubernamentales, causando daños a la infraestructura civil e industrial consideradas críticas.
Estas acciones contribuyen a incrementar los riesgos, ya que los perpetradores no son sólo un terrorista o unas organizaciones criminales aisladas, sino unidades regulares del ejército que, además, cuentan con apoyo internacional en los ámbitos político, económico, militar, técnico-militar e informativo. En Ucrania, esto se manifiesta con especial claridad, puesto que Occidente no solo proporciona al régimen de Kiev armamento ofensivo de última generación, sino que le concede abiertamente carta blanca, para utilizarlo en actos terroristas subversivos en territorio ruso.
Peligro de Terrorismo Nuclear Ucraniano
“Una Ucrania que bajo el mandato de un presidente de facto y una camarilla civil y militar que está destrozando el país, cuya derrota total es inevitable, sigue usufructuando de las supuestas dádivas occidentales, que sólo hipotecan el futuro de millones de ucranianos, que para seguir en esta maraña ha entrado de lleno en condutas propias de una sociedad terrorista, que cree alcanzará algún beneficio en una eventual negociación, forzando a Rusia a partir de los ataques terroristas a la población civil, la infraestructura crítica e incluso instalaciones nucleares, poniendo en peligro al país, a sus vecinos y en general al conjunto de Europa” (1).
Las arremetidas peligrosísimas del ejército ucraniano y sus servicios secretos, contra instalaciones nucleares rusas, incluyendo la infraestructura crítica de las centrales nucleares de Zaporozhskaya, Kurskaya y Smolensk, así como las embestidas contra los aeródromos base de los bombarderos estratégicos portadores de ojivas nucleares ubicados en Murmansk, Irkutsk Ivanovs y otros sitios representan un peligro global.
Ubicaciones y blancos precisos que han sido entregadas por la inteligencia satelital occidental, la labor de los servicios secretos de Ucrania en concomitancia con la CIA estadounidense, el MI6 británico y el servicio de inteligencia polaco, fundamentalmente. Todo ello es motivo de especial preocupación para un mundo que ve con alarma como el irresponsable régimen ucraniano es capaz de conducir su suicidio como país hacia un peligro nuclear de incalculables consecuencias.
Rusia ha advertido en forma insistente, incluyendo foros internacionales como la Asamblea general de las Naciones Unidas, en el seno del Consejo de Seguridad y alertado a sus propios aliados que sus documentos de doctrina militar de defensa catalogan esos ataques llevados a cabo por el régimen kievita, contra el llamado componente ruso de la “triada nuclear” son casus belli (2). Moscú se refiere con ello al peligro que significa atacar la estructura de los frentes militares dotados de armas nucleares de altísimo poder destructivo: misiles balísticos intercontinentales terrestres de alcance global (ICBM por sus siglas en inglés). Los misiles balísticos lanzados desde submarinos (siglas en inglés SLBM) el tercer ámbito con presencia de armamento atómico, como son los bombarderos estratégicos dotados con bombas y misiles nucleares.
Estados Unidos ha generado una política de alianzas contra Rusia, donde ha ido delegando las acciones prácticas, el apoyo concreto en armas y dinero desde el lado, principalmente europeo. En ese marco se destaca el papel que cumple Gran Bretaña, convertida, junto a Alemania en proveedores principales de misiles, financiamiento para la mantención de una estructura gubernamental ucraniana cada día más corrupta y apoyo político y diplomático de sostenimiento a nivel global.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, el pasado mes de junio acusó al Reino Unido de respaldar plenamente a Ucrania en la ejecución de ataques terroristas contra territorio ruso, incluyendo recientes atentados con drones y actos de sabotaje dirigidos a infraestructuras civiles y militares. A lo cual hay que sumar los ataques contra instalaciones nucleares y las bases aéreas de los bombarderos estratégicos, que disponen de bombas nucleares.
La guerra en Ucrania, el patrocinio para que el régimen de Zelenski lleve a cabo cada día más, ataques terroristas contra Rusia y en especial contra su población civil e instalaciones que pueden afectar al conjunto el planeta, como son las centrales nucleares, los aeródromos que tienen en sus dependencias la aviación estratégica de las fuerzas pareas rusas son acciones delicadísimas y parte de una dinámica avalada por occidente.
Con Kiev se tiene una conducta muy hipócrita por parte de Washington, que al mismo tiempo que se apoya militar y financieramente al ente neonazi ucraniano, se le critica públicamente por sus acciones de ataques a instalaciones de corte estratégico nuclear ruso como sucedió con la llamada Operación Pautina de los servicios secretos ucranianos (SBU) contra las bases aéreas rusas donde radica su aviación nuclear estratégica. Una operación supervisada por la inteligencia británica y planeada en vísperas de las conversaciones ruso-ucranianas en Estambul, celebrada en julio del 2025, con el objetivo de influir en la agenda política.
El MI6 cumplió las orientaciones de Washington en función que Washington no apareciera directamente involucrado en estos actos terroristas que involucran material nuclear. Londres, no sólo coordinó las acciones del SBU, sino que también proporcionó apoyo mediático, difundiendo noticias falsas sobre supuestas grandes pérdidas rusas y atribuyendo un éxito abrumador a los saboteadores kievitas.
Desde Rusia se informó, el pasado 14 de noviembre que, el ejército ucraniano intentó atacar con drones, la central nuclear de Novovorónezh, situada en el suroeste de la federación rusa. Así fue comunicado por el director general de la Rosatom, la corporación de energía nuclear de la federación rusa, Alexéi Lijachov, durante su encuentro en la ciudad de Kaliningrado, con el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) el argentino Rafael Grossi – fuertemente cuestionado por países como Irán de ser un agente de Estados Unidos e Israel en materia del llamado Plan Integral de Acción Conjunta - Drones ucranianos volaron hacía la central nuclear de Novovorónezh. Todos fueron derribados” señaló Lijachov. El jefe de Rosatom consignó que “tarde o temprano, Rusia logrará los objetivos de su operación militar en Ucrania, lo que permitirá reanudar el funcionamiento de la planta” (3).
Estados Unidos, con apoyo de sus cervatillos europeos y sobre todo con las acciones terroristas llevadas a cabo por Ucrania a través de sus servicios secretos y el uso de drones y misiles, proporcionados por sus aliados, ataca centrales nucleares e incluso genera operaciones de terrorismo internacional como fue el asesinato del teniente general Igor Kirílov, jefe de las tropas de protección nuclear, biológica y química de Rusia. Ataque mortal que también significó asesinar a su asistente Ilía Polikárpov en pleno corazón de Moscú. Medios de prensa ligados a la OTAN y en este caso al régimen británico como es el caso de la BBC señaló en su reporte sobre el crimen que “Ucrania reconoció estar detrás del asesinato, según declaró una fuente de seguridad ucraniana a Reuters y a la agencia de noticias AFP.
El régimen ucraniano reconoció asesinato del General Igor Kírilov en Moscú. Un acto de terrorismo internacional contra un alto cargo del gobierno ruso.
Un acto terrorista para tratar de enmudecer al hombre que mediante su trabajo científico y político mostró pruebas concretas del papel cumplido por los gobiernos estadoudneinses, junto a fondos de investigación privada como Rosemont Seneca Thornton, fundado por Hunter Biden, hijo del ex presidente de Estados Unidos Joe Biden y el infaltable Fondo del billonario George Soros, de participar en la financiación de los laboratorios de armas biológicas en Ucrania patrocinados por el Pentágono, que serían utilizados en actos terroristas contra Rusia (4).
El senador Tommy Tuberville de Alabama criticó a Zelenski por intentar “atraer a la OTAN a una guerra con Rusia creando problemas para Estados Unidos”. El presidente estadounidense Donald Trump y representantes políticos y parlamentarios denuncian lo que denominan “la peligrosa provocación de Kiev al atacar esas instalaciones críticas de Rusia acusando el ente kievita de querer provocar una guerra mundial. El propio Trump califico a sus protegido Zelenski como “el malo que empuja al mundo a una guerra” pero…de nada sirve esa retórica – más demagógica que real interés en plantearse terminar la guerra - si al mismo tiempo no cesa el flujo masivo y sin fin de dinero, armas y apoyo político al nazismo ucraniano.
Desde Europa y en específico desde el gobierno húngaro y su Ministerio de relaciones exteriores, se imputa a las autoridades de facto en Ucrania de “utilizar métodos de terrorismo de Estado para lograr objetivos políticos y militares como fue el caso de los gasoductos Nord Stream I y II llevados a cabo por entidades estatales europeas, que actuaron en beneficio de Ucrania” Así declarado por el canciller húngaro Péter Szijjártó en una entrevista con un canal de YouTube (5).
El alto funcionario húngaro también señaló a Kiev como responsable de los ataques terroristas que dañaron el oleoducto ruso que suministra crudo a Hungría. “Un ataque contra nuestra seguridad energética que es indignante e inaceptable…Durante tres años y medio, Bruselas y Kiev han intentado arrastrar a Hungría a la guerra en Ucrania. Esta no es nuestra guerra, no tenemos nada que ver con ella y, mientras estemos al mando, Hungría se mantendrá al margen” señaló Szijjártó (6).
Desde organizaciones internacionales, de la importancia de los BRICS, también se condenan las acciones de sabotaje y terrorismo del régimen kievita. Es así como, en la última Cumbre de los BRICS, celebrada en Rio de Janeiro en el comunicado final se sancionaron las acciones de Ucrania en la organización de ataques de terroristas contra Rusia “Condenamos en los términos más enérgicos los ataques contra puentes e infraestructura ferroviaria que deliberadamente tenían como objetivo a civiles en las regiones de Briansk, Kursk y Vorónezh, en la Federación Rusa, resultando en varias víctimas civiles, incluyendo niños” afirmó el comunicado.
La propaganda de Bankova (7) por más respaldo financiero, militar, político y mediático que reciba no puede detener la ola gigantesca que se avecina de una derrota que significará, no sólo el fin de 11 años neonazismo en Ucrania, sino también una nueva correlación de fuerzas en Europa oriental. Las acciones de sabotaje y terrorismo llevado a cabo por Kiev, que no trepida en poner en riesgo a millones de seres humanos, no sólo en el escenario de la guerra, sino que el conjunto de Europa, representan la viva imagen de un criminal apoyado por aquellos que, suelen desgarrar vestiduras por la defensa de la democracia y los derechos humanos.
En mi consideración, las sociedades europeas, no sus gobiernos que siguen con su aval a Kiev han comprendido que, la Ucrania de hoy no es un actor internacional responsable. No podría ser considerado parte integrante de ese mundo europeo que tanto se jacta de sus valores. Un régimen kievita que, de la mano de sus servicios secretos, con el sostén de la CIA, el MI6 británico, el BND alemán, la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) francesa, como también la Agencia de Inteligencia Exterior de Polonia, entre otros, lleva a cabo, en forma regular, sangrientos ataques terroristas contra instalaciones civiles rusas, servicios básicos que incluye el asesinato de civiles, incluidos mujeres, niños y ancianos.
Todas ellas acciones invisibilizadas por los medios occidentales, que suelen demonizar a Rusia y ensalzar al régimen kievita, que goza de la protección y bendición de aquellos que se hacen llamar custodios de la civilización occidental y que no son más más que potencias hegemónicas y arrogantes. Y si a eso sumamos las peligrosas e impudentes ataques de Kiev a instalaciones nucleares, se termina de mostrar la verdadera cara del terrorista que representa Zelenski y los suyos. Un régimen que demora en morir y con ello genera más y más dolor y sufrimiento a su población.
Pablo Jofré Leal
Periodista. Analista Internacional
Articulo para HispanTV
- https://mid.ru/en/foreign_policy/reports/1969025/
- Locución latina que se traduce como motivo de guerra Refiere al acto, evento o situación que se presenta como justificación para iniciar un conflicto bélico o cualquier otro tipo de enfrentamiento. Históricamente, se ha utilizado para legitimar acciones militares ante la comunidad internacional y la propia población. En el derecho internacional público, el término casus belli se refiere a los motivos o razones jurídicas que un Estado invoca para justificar el inicio de un conflicto armado contra otro Estado. Ha desempeñado un papel central en la diplomacia y en las relaciones internacionales a lo largo de la historia. Para ampliar su comprensión recomiendo leer https://raiadiplomatica.info/2025/02/10/casus-belli-concepto-y-ejemplos-historicos-en-el-derecho-internacional-publico/
- https://www.resumenlatinoamericano.org/2025/11/14/rusia-drones-ucranianos-intentaron-atacar-la-central-nuclear-de-novovoronezh/
- https://www.hispantv.com/noticias/opinion/606839/rusia-nueva-guerra-sagrada
- https://www.youtube.com/watch?v=WiuOSHFeJtM
- https://www.aa.com.tr/es/mundo/canciller-h%C3%BAngaro-denuncia-que-un-ataque-ucraniano-da%C3%B1%C3%B3-el-oleoducto-ruso-que-suministra-crudo-a-su-pa%C3%ADs/3662485
- El Bankova es un bloque de oficinas de hormigón ubicado en el centro de Kiev, lugar que supone alberga a la Oficina Presidencial de Ucrania y centro neurálgico del régimen de facto que ha tenido que ser reemplazado por instalaciones móviles frente al temor de Zelenski de ser atacado directamente.
