El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó el martes un ultimátum al movimiento de Resistencia palestino HAMAS para que responda en “tres o cuatro días” al plan de paz que presentó el lunes durante la reunión que mantuvo con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y que este respaldó.
Al respecto, una coalición de organizaciones palestinas de derechos humanos ha condenado este miércoles el “ultimátum” de Trump, afirmando que condiciona la suspensión de ataques de Israel a Gaza a términos que “consoliden y normalicen” la ocupación.
En una declaración, el Consejo de Organizaciones Palestinas de Derechos Humanos (PHROC) ha calificado el plan de 20 puntos de Trump como “una grave violación del derecho internacional y un ataque directo a los derechos inalienables del pueblo palestino”.
“Si bien PHROC acoge con satisfacción todos los esfuerzos genuinos para poner fin al genocidio en Gaza, el plan de Estados Unidos no pretende poner fin al régimen colonial de apartheid de Israel ni a su ocupación ilegal, sino más bien consolidarlo y normalizarlo”, afirma el colectivo.
El grupo también ha acusado a Washington de “recompensar los crímenes sistemáticos de apartheid, persecución y genocidio de Israel” y ha condenado el silencio sobre los detenidos palestinos.
PHROC ha instado a los Estados a rechazar el plan como “una violación manifiesta” del derecho de los palestinos a la autodeterminación, insistiendo en que cualquier acuerdo debe desmantelar el sistema de ocupación y apartheid de Israel.
Según el plan de Trump, que busca poner fin a dos años de genocidio de Israel, con más de 66 000 muertos entre la nación palestina, el movimiento de HAMAS tendría que desarmarse a cambio del fin de los combates, de la entrega de ayuda humanitaria para los palestinos y de la promesa de reconstrucción en Gaza.
Pero la propuesta solo promete vagamente que, algún día, quizás sea posible la creación de un Estado palestino. Mientras, que según el texto, en el futuro previsible, Gaza y sus más de dos millones de palestinos quedarían bajo control internacional.
Una fuerza de seguridad internacional entraría en el lugar, y una llamada Junta de Paz encabezada por Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair supervisaría la administración y la reconstrucción de Gaza. El territorio permanecería rodeado por tropas israelíes.
El plan exige el cese inmediato de las hostilidades y establece un plazo de 72 horas para que HAMAS libere a todos los retenidos que aún mantiene, vivos o muertos.
A cambio, Israel liberaría a 250 palestinos que cumplían cadena perpetua en sus cárceles, así como a 1700 personas detenidas en Gaza desde el inicio de la guerra, incluyendo a todas las mujeres y niños.
Israel también entregaría los cadáveres de 15 palestinos por cada prisionero entregado.
En este sentido, Netanyahu advirtió que, si HAMAS, rechaza el plan de Trump, o incluso si lo aceptara y tratara de contrarrestarlo, Israel completaría la tarea por sí solo.
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