En el marco de la actual ofensiva sobre la ciudad de Gaza, el ejército israelí ha iniciado una nueva fase centrada en la demolición de edificios altos.
Según la narrativa israelí, estas torres serían utilizadas por la resistencia como centros de mando y posiciones estratégicas, además de que dificultarían la visibilidad de las tropas del ejército israelí. Hasta el momento Israel ha destruido 4 edificios, el último de ellos Al-Roya.
Pero la realidad sobre el terreno muestra otra cara: las torres albergaban decenas de viviendas familiares, oficinas, comercios e incluso medios de comunicación. Su destrucción ha dejado a miles de personas sin hogar, paralizado servicios básicos y reducidos edificios enteros a escombros. Sin embargo, los gazatíes aseguran seguir resistiendo en el norte, y no salir hacia el sur.
Esta táctica no solo multiplica el sufrimiento civil, sino que también apunta a borrar el corazón urbano de Gaza, forzando a más familias a desplazarse hacia el sur, a zonas ya saturadas e inseguras.
Aquí en Gaza, la demolición de estas torres no es solo un ataque militar: es un intento de desplazar a toda una sociedad y hacer aún más inhabitable la Franja de Gaza.
Huda Hegazi, Gaza
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