Los palestinos se congregaron en las ciudades cisjordanas de Yenin, Judea y Samaria, de la Franja de Gaza y la Puerta de Damasco —conocida por los palestinos como Bab al-Amud— en la Ciudad Vieja de Al-Quds (Jerusalén). En todas las concentraciones se escuchó a voz viva la frase ‘Dios es grande’ (Allahu Akbar), al tiempo que se repartieron dulces.
La operación fue “una respuesta a los gritos de niños, madres y padres cuyos seres queridos fueron ejecutados por los ocupantes mientras la comunidad internacional mantiene silencio”, aseveró el movimiento de Yihad Islámica Palestina, subrayando que lo ocurrido muestra la insistencia de Palestina en que los ocupantes deben pagar el precio de la agresión y el terrorismo.
El martes, dos puntos de la ciudad israelí de Bnei Brak, al este de Tel Aviv, ubicado en los territorios ocupados palestinos, fueron blanco de ataques con fusiles que dejaron cuatro sionistas muertos. El atacante palestino, identificado como Diaa Hamarsheh, de 26 años, de la aldea de Yabed (norte de Cisjordania), fue asesinado también por las fuerzas de ocupación del régimen de Tel Aviv.
Además, el pasado domingo, dos policías israelíes murieron y otras seis personas, incluidos dos policías más, resultaron heridos en un tiroteo en la ciudad de Hadera, al sur de Haifa (noroeste de territorios palestinos ocupados).
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