Cazas israelíes han bombardeado la madrugada de este sábado las posiciones del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) en el norte del enclave costero palestino y han causado daños materiales, aunque todavía no se han emitido informes sobre posibles bajas entre los combatientes palestinos.
“Hace poco, los aviones de guerra y cazas israelíes atacaron varios blancos de HAMAS en el norte de la Franja de Gaza”, se lee en un comunicado del ejército israelí.
Israel ha intentado justificar la nueva agresión, diciendo que los palestinos habían lanzado horas antes varios proyectiles contra el sur de los territorios ocupados. Como consecuencia, se han activado las sirenas en las comunidades de Sufa y Nir Yitzhak y se han registrado daños en un número no determinado de viviendas de los colonos israelíes, según The Times of Israel.
El consejo regional de Eshkol, ubicado entre los territorios ocupados y Gaza, no obstante, ha comunicado que los proyectiles palestinos cayeron en una zona abierta, sin dejar daños materiales ni bajas entre los israelíes.
Picture of Massive Israeli occupation attack Against Gaza.#Gaza #GazaUnderAttack pic.twitter.com/iqbu9wprAc
— Ahmed Shameya (@AhmedShameya) January 31, 2020
La madrugada del viernes, cazas y tanques israelíes atacaron el sur de Gaza, tras el supuesto lanzamiento hacia los territorios palestinos ocupados de cometas, globos incendiarios y cohetes desde el enclave costero.
Los nuevos ataques israelíes se producen mientras aumenta la tensión en la zona por la presentación del llamado “acuerdo del siglo” del presidente de EE.UU., Donald Trump, que, según alega, busca zanjar el conflicto palestino-israelí, pero, en realidad, pretende liquidar la causa palestina, pues ignora todos los derechos de los palestinos, incluyendo su derecho al retorno y la formación de un Estado, con Al-Quds (Jerusalén) como capital.
El futuro Estado palestino, previsto por la Administración estadounidense, sería aislados archipiélagos rodeados completamente por Israel, sin ninguna frontera con el exterior, o control sobre su espacio aéreo y sin derecho a tener un Ejército para defenderse. Tampoco tendrá bases geográficas para una economía viable, ni libertad de movimiento, ni prerrogativas para presentar denuncias ante organizaciones internacionales contra Israel o EE.UU.
HAMAS tildó el pacto proisraelí de “agresivo”, y aseguró que “está abocado al fracaso”. No solo los palestinos, sino distintos países y organizaciones internacionales y judíos también denuncian la iniciativa que apoya la creación de un Estado y medio, con Al-Quds capital de Israel sin tierra.
Al respecto, Alissa Wise, una miembro de Jewish Voice for Peace, ha dicho que la tierra palestina no es de Trump para cederla, ni del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para “robarla”.
ask/ctl/ncl/rba
