Su carrera de activismo la convierte a Ahed en una valiente defensora de Palestina. Ella lleva toda su corta vida gritando y manifestándose por la libertad de su pueblo Nabi Saleh, cerca de Ramalá, en la ocupada Cisjordania.
Aunque su sueño era convertirse en futbolista profesional y entrar en la universidad, su futuro se truncó cuando la detuvieron tras aparecer en un vídeo empujando, abofeteando y pateando a soldados israelíes, después de que ellos dispararon a su primo de 15 años, llamado Mohamad Tamimi, en las manifestaciones realizadas contra la decisión de EE.UU. de reconocer Al-Quds (Jerusalén) como la capital del régimen de Israel. El ataque desfiguró totalmente el rostro de su primo.
Más tarde, arrestaron a un grupo de sus familiares. Su detención y el rechazo del tribunal israelí a hacerle un juicio público, ha provocado la indignación a nivel internacional.
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