“Hay signos de alarma y alerta, de intentos, en algunas regiones del país”, declaró Navarrete en una rueda de prensa celebrada el viernes en la Ciudad de México, la capital.
A este respecto, la autoridad mexicana precisó que en localidad de Chilapa, en el sureño estado de Guerrero, “ha habido intentonas de presionar a candidatos (...) para que estén alineados a un grupo criminal”, pero aseguró: “no lo vamos a permitir”.
Los cuerpos de seguridad mexicanos —prosiguió— ya trabajan para detectar estos intentos del crimen organizado de intervenir en las elecciones de este año para elegir al presidente, a los senadores, diputados federales y numerosos alcaldes y gobernadores.
Hay signos de alarma y alerta, de intentos, en algunas regiones del país”, declara el secretario de Gobernación de México, Alfonso Navarrete, en referencia a los intentos del narcotráfico por intervenir en las próximas elecciones del país.
Por su parte, José Antonio Meade, del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), expresó ayer viernes su preocupación de que la presencia de los narcotraficantes contamine el proceso electoral, por lo que instó a mantener el diálogo para crear e implementar protocolos que blinden los comicios.
“Hay claramente una molestia por impunidad en el país, por impunidad que es una raíz común de inseguridad y de corrupción y, por eso, ese combate a la impunidad y ese gobierno a la medida de cada quien será central en nuestra agenda de trabajo en la contienda electoral”, indicó.
Las afirmaciones de las autoridades mexicanas ven la luz poco después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) denunciara el asesinato de candidatos en México, un país en el que como promedio, según las estimaciones de dicha organización, se asesina a un candidato cada cuatro o cinco días.
En este 2018, un año con un calendario cargado de elecciones populares en México, se está experimentando un ambiente de violencia, donde al menos 30 aspirantes a cargos de elección popular han sido ya asesinados.
La inseguridad ha provocado, asimismo, la reacción de los senadores mexicanos, que han llamado a las autoridades federales y locales a garantizar un ambiente seguro para los políticos que participan en la precampaña electoral.
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