Así lo afirmó el sábado el ministro de Defensa de Irak, Jaled al-Obeidi, y aseveró que el edicto religoso (fatwa) del ayatolá Seyed Ali Sistani conservó la unidad en Irak e impidió la desintegración del país árabe.
Aseguró también que la masiva participación del pueblo en la liberación de las ciudades en manos de los integrantes del EIIL representa la unidad de los iraquíes lograda gracias a los llamados del ayatolá Sistani.
La misma jornada, el primer ministro iraquí, Heidar al-Abadi, afirmó que la fatwa del ayatolá chií, emitida en junio de 2014, salvó a Irak de las conspiraciones enemigas.
Al-Abadi asimismo recordó que, tras la convocatoria del alto clérigo, el pueblo formó fuerzas voluntarias y comenzó a apoyar al Ejército en la lucha contra los terroristas.
El 13 de junio de 2014, el ayatolá Sistani emitió una fatwa en la que considera deber religioso levantarse contra los terroristas takfiríes y expulsarlos de Irak.
Daesh se infiltró el 10 de junio de 2014 en Irak a través del territorio sirio y se hizo con el control de amplias zonas, sobre todo en la provincia occidental de Al-Anbar, la mayor de Irak.
El Ejército iraquí, que cuenta con el apoyo de tropas voluntarias, lleva a cabo una gran operación para expulsar a los terroristas de Al-Anbar, tras recuperar el control de la provincia de Diyala (este) y varias otras ciudades.
Solo en un año, el EIIL ha asesinado a 50 mil civiles en Irak, anunció el pasado miércoles Masrur Aswad, miembro de la Comisión de Derechos Humanos de Irak.
Los actos ultraviolentos que protagonizaron en julio de 2014 los takfiríes de Daesh provocaron la huida de miles iraquíes, entre ellos los cristianos, de sus hogares.
Daesh continúa cometiendo atrocidades, según testimonio de una activista iraquí en condición de anonimato, al menos 48 niñas y mujeres iraquíes murieron el mes pasado tras ser violadas y torturadas por elementos del EIIL en iglesias abandonadas.
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