Luego del primer impacto que generó el anuncio de la no renovación del TPS para los hondureños que viven y trabajan en Estados Unidos, analistas de la materia ven incierto el futuro de sus compatriotas que sean deportados.
18 meses más, es el tiempo que tendrán los hondureños para regularizar su estadía, de lo contrario sufrirán un retorno a su país de origen; a pesar que muchos tiene hijos, y negocios en Estados Unidos.
Honduras depende en un gran porcentaje de su economía en las remesas que envían esos hondureños en el exterior.
Para muchos analistas, el Gobierno de Juan Orlando Hernández se condenó a su mismo al aceptar los fondos para la Alianza para Prosperidad, ya que se les exigía reducir los índices de inmigración, algo que nunca cumplieron.
Los economistas citan también que disminuirán en los próximos meses de 300 a 100 dólares el envío de remesas desde Estados Unidos. Con programas de microempresas, programas asistencias entre otras opciones, el Gobierno pretende absorber esa fuerza laboral, expulsada del territorio estadounidense.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
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