• Sánchez y Aragonés admiten que sus posiciones son “muy distintas”
Publicada: miércoles, 15 de septiembre de 2021 21:43
Actualizada: jueves, 16 de septiembre de 2021 1:32

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Pere Aragonès, admiten que las expectativas son bajas para grandes avances sobre el “conflicto catalán”.

La segunda reunión de la mesa de conversaciones entre el Gobierno español y la Generalitat se ha celebrado en esta jornada en Barcelona (noreste de España) con el fin de solucionar el conflicto político en Cataluña. Sin embargo, parece que ninguna de las dos partes ha sido capaz de citar puntos de acuerdo más allá de la voluntad mutua del “diálogo”.

Pedro Sánchez ha destacado que la reunión de dos horas con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, ha sido importante para reparar las relaciones, pero que tampoco habrá una solución “rápida” al referido conflicto. “Hemos decidido trabajar sin prisa, sin pausa. Pero sin plazos”, ha señalado.

Nuestras posiciones son muy diferentes, es importante enfatizar eso. Tendremos que hablar mucho, escucharnos unos a otros y hacer esfuerzos para unir las situaciones donde podamos. No vamos a resolver una crisis de una década en un día”, ha subrayado Sánchez.

 

Durante las conversaciones de hoy, el líder catalán ha reiterado sus demandas de que España autorice un referéndum de autodeterminación e independencia para Cataluña y conceda una “amnistía general” a todos aquellos separatistas presos de la fallida campaña de independencia del procés catalán, Carles Puigdemont entre ellos.

No obstante, el jefe del Ejecutivo ha puesto énfasis en encontrar formas de mejorar el bienestar económico y social de los catalanes, mientras ha indicado que ni la amnistía ni el referendo son posibles, ya que van en contra del “marco constitucional” del país.

Cabe recordar que en 2017, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, intentó declarar la independencia de Cataluña de España y decidió celebrar un referéndum en Barcelona, pero el Senado español invocó el artículo 155 de la Constitución, tras lo cual, se procedió a la destitución de Puigdemont y de su ejecutivo.

Luego, el Gobierno español impuso el dominio directo sobre Barcelona, mientras que Puigdemont y otros funcionarios del gobierno catalán huyeron a Bélgica. A este respecto, en 2019, nueve dirigentes, entre ellos varios compañeros de gobierno de Puigdemont, fueron sentenciados a penas de entre 9 y 13 años de prisión por sedición.

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