• Habitantes de Damasco disfrutan la primavera en un parque de la capital siria, horas después del ataque tripartito occidental, 14 de abril de 2018.
Publicada: sábado, 21 de abril de 2018 23:54

Londres debe “tragarse su orgullo” y restablecer lazos —incluso buscar “amistad”— con el Gobierno sirio, en lugar de seguir intentando desestabilizarlo con agresiones como la del 14 de abril, aconseja el embajador en Damasco del Reino Unido entre 1991 y 1994, Andrew Green.

“¿A dónde lleva todo esto? ¿De verdad queremos volver a implicarnos militarmente en Siria con nuestras propias tropas? ¿No hemos aprendido nada de Irak y Libia?”, pregunta en la última edición del semanario The House el diplomático, que tras trabajar en Siria dirigió el Departamento de Oriente Medio del Ministerio de Exteriores británico y fue embajador en Arabia Saudí.

En su artículo de opinión, pese a calificar al Gobierno sirio de “régimen” en todo momento y considerar que en Siria hay un “Estado policial”, Green señala que el presidente sirio, Bashar al-Asad, constante blanco de ataques en los medios oficiales occidentales, “es una figura emblemática, no un dictador”.

El exembajador pide que se valore “el equilibrio que existe” en Siria, que permite “vivir una vida razonable” al común de la población del país, especialmente en comparación con la situación de “Irak, Libia e incluso Egipto”, y llama la atención sobre el apoyo al Gobierno de “las minorías, en especial los cristianos”.

Por si estos argumentos no convencen a los lectores de la publicación, editada por la Cámara de los Comunes, Green deja claro que el Gobierno sirio “va a perdurar”, refiriéndose como prueba al “avance decisivo sobre el terreno” del Ejército de Damasco, “sólidamente apoyado por Rusia e Irán, ambos actores clave actualmente en la región”.

¿A dónde lleva todo esto? ¿De verdad queremos volver a implicarnos militarmente en Siria con nuestras propias tropas? ¿No hemos aprendido nada de Irak y Libia?”, pregunta Andrew Green, embajador en Siria del Reino Unido entre 1991 y 1994.

 

Así las cosas, el antiguo embajador reclama que se considere de forma “objetiva” la situación de Siria y los intereses británicos, privilegiando ante todo “vedar el territorio sirio a EIIL (Daesh, en árabe) y sus aliados”, de los que dice que son “la mayor amenaza a nuestra sociedad desde la Segunda Guerra Mundial”.

En conclusión, Green (barón de Deddington y miembro de la Orden de San Miguel y San Jorge) aconseja como “buen punto de partida” la reapertura de la embajada en el país árabe que Londres cerró en marzo de 2012, poco después de rechazar un plan ruso para una Siria sin Al-Asad, cuando se estimaba que la crisis había dejado unos 5400 muertos—.

El diplomático publica estas consideraciones en un contexto de críticas a la primera ministra Theresa May por haberse sumado a Estados Unidos y Francia en el bombardeo de Siria del día 14 sin haber recibido autorización para ello del Parlamento británico, que en agosto de 2013 abortó un plan de ataque militar a Siria del predecesor de May, David Cameron.

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