Los medios de comunicación, citando fuentes, han informado este domingo que Yvonne Ridley, de 67 años, debía ser deportada por Israel a Estambul, pero desapareció durante el traslado. Se desconoce su paradero actual.
Ridley había estado detenida en la tristemente célebre prisión de Ketziot en huelga de hambre y se le negó su medicación.
A Ridley se le permitió el acceso consular el viernes, cuando se informó que las condiciones en las que se encontraba detenida eran “profundamente preocupantes”.
A su familia le han dicho que el trato que recibió ha sido “agresivo” e “intimidante”.
Se supo que los carceleros israelíes le habían quitado sus medicamentos y le habían proporcionado sustitutos, que ella se había negado a tomar.
Ridley fue una de las casi 500 personas que participaron en la histórica misión que intentó entregar ayuda humanitaria al territorio palestino bloqueado.
La flotilla casi había llegado a Gaza cuando las fuerzas israelíes interceptaron el convoy durante la noche del miércoles y el jueves, mientras navegaba en aguas internacionales.
El ejército israelí confiscó más de 40 embarcaciones, detuvo a los activistas a bordo y los llevó a territorios ocupados por Israel.
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