Los resultados de una encuesta elaborada por el periódico británico, The Sun y revelada el martes demuestran que el Partido Laborista de Gran Bretaña goza del apoyo de un 35 % de los votos, dos por ciento más en comparación con un sondeo de Opinium / Observer que surgió el día cinco del mes en curso.
Según el más reciente sondeo, el Partido Conservador no ha logrado atraer más apoyo en comparación con la previa encuesta en la que contaba con el apoyo de un 33 % de los británicos.
La encuesta, también refleja que en las elecciones generales del mes venidero, el Partido de Independencia del Reino Unido obtendría un 13 % de los votos, el Liberal Demócratas un 8 % y el Partido Verde de Inglaterra y Galesal 5 %.
En la jornada de ayer, la dirigente del último partido mencionado, Natalie Bennett al demandar “el fin de thatcherismo” pidió a los ciudadanos del país europeo a sumarse a “la revolución pacífica y silenciosa” que tiene como meta acabar con el bipartidismo británico.

El Reino Unido ha convocado elecciones generales para el próximo 7 de mayo. Cada una de las 650 circunscripciones elegirá un representante para que, a continuación, la reina de Inglaterra designe como primer ministro a una persona que pueda obtener el voto de confianza de los parlamentarios.
En esta misma línea, el pasado día dos del mes en curso los siete principales candidatos de las elecciones generales a saber: David Cameron (conservadores), Ed Miliband (laboristas), el viceprimer ministro británico, Nick Clegg (liberaldemócratas), Nicola Sturgeon (nacionalistas escoceses), Nigel Farage (UKIP), Natalie Bennett (Partido Verde) y Leanne Wood (Partido de Gales) se enfrentaron en un debate televisivo.

De izquierda a derecha, los aspirantes a primer ministro del Reino Unido Natalie Bennett, Nicholas Clegg, Nigel Farage, Edward Miliband, Leanne Wood, Nicola Sturgeon y David Cameron. 2 de abril de 2015
Sturgeon, que fue valorada por muchos como la mejor oradora del debate envió un mensaje de paz a todos los británicos, pero les alertó que no ocultará su deseo de una Escocia soberana, independiente del Reino Unido.
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