Los empleados ucranianos de la embajada de Estados Unidos en Kiev, la capital de Ucrania, algunos de los cuales han servido en la embajada de los EE.UU. durante décadas, deploraron la indiferencia de la Administración estadounidense, presidida por Joe Biden, a su situación, informó el viernes la revista Foreign Policy.
Estos trabajadores, en una carta enviada a los funcionarios del Departamento de Estado de EE.UU. y al que tuvo acceso el medio norteamericano, ponen de manifiesto que están sin apoyo ni medios para escapar, mientras las fuerzas de Rusia continúan su operación militar en Ucrania.
Asimismo, instaron a Washington a otorgarles visas especiales de inmigrantes, lo que les permitiría trasladarse de manera segura al territorio estadounidense, tal como fueron beneficiados los afganos ante la llegada de los talibanes al poder en el país centroasiático.
“Hemos trabajado codo con codo con ustedes durante dos décadas, y siempre hemos tenido una gran fe en el trabajo que estaba haciendo el Gobierno de Estados Unidos”, escribieron los empleados de la embajada de Kiev.
Aseguraron, en su misiva, que ahora necesitan la ayuda de Washington. “Este no es un momento para esperar e investigar. Este es el momento de actuar. Sus acciones pueden salvar nuestras vidas”, insistieron.
De acuerdo con la revista, esta situación refleja las preocupaciones de miles de empleados afganos que trabajaron para EE.UU. en Kabul y luego fueron abandonados cuando las fuerzas del grupo armado Talibán tomaron el control del país tras la retirada de las fuerzas de Washington y sus socios occidentales del país centroasiático a fines del 2021.
“Antes nos dijeron que Ucrania no es Afganistán”, lamentaron los empleados ucranianos en la carta, subrayando que “no queremos que lo sea, pero si la diferencia está en el tamaño de las bombas que vuelan sobre nuestras cabezas, no es justo”.
Entretanto, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, puso de relieve el viernes que Washington no desea una guerra con Rusia, por tanto, no desplegará tropas dentro de Ucrania, esto pese a los compromisos anteriores del Occidente de defender a Kiev en el caso de un ataque ruso.
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