Tal y como se puede apreciar en las imágenes publicadas en las redes sociales, el sábado por la noche los manifestantes y movimientos antirracistas usaron cuerdas para derribar el monumento histórico de Cristóbal Colón y acabaron arrojándolo al agua en la zona turística de Inner Harbor, en la ciudad de Baltimore, en el estado de Maryland.
Según varios reportes, alrededor de 300 personas se congregaron en el lugar. Además, señalan que, al caer, la estatua de Colón, una figura polémica en EE.UU., especialmente entre los nativos americanos, se rompió en varios pedazos, que fueron arrastrados y arrojados al mar.
Varias estatuas de Cristóbal Colón fueron derribadas o resultaron dañadas, particularmente en Boston, Miami y Richmond. Los indignados alegan que el explorador es responsable del genocidio y explotación de los indígenas en América.
Desde el 25 de mayo, cuando comenzaron las protestas por el asesinato del afroestadounidense George Floyd, asfixiado por un policía blanco en la ciudad de Mineápolis, EE.UU., diversos grupos de manifestantes han derribado numerosas estatuas de personajes vinculados con la historia colonial o las discriminaciones.
En medio de las protestas, el 4 de julio, fecha en la que se conmemora cada año el Día de la Independencia en EE.UU., el presidente de dicho país, Donald Trump, mencionó en su discurso por tal ocasión a Colón y aseguró: “Estamos venciendo a la izquierda radical, a los marxistas, los anarquistas y los agitadores y saqueadores”.
Para los manifestantes, no había nada que festejar el Día de la Independencia, ya que no todos los estadounidenses son libres y el país sigue estando bajo el yugo del racismo.
La brutalidad de la Policía de EE.UU. ha suscitado críticas de diversas organizaciones de derechos civiles, que consideran estos actos propios de un sistema inherentemente racista que se ha exacerbado en los últimos años.
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