Con tal medida, la Casa Blanca sueña con reducir a cero las ventas de crudo de Irán, obligando a este país a renegociar el acuerdo nuclear —del cual Trump salió en mayo de 2018—, aceptando entre otros puntos renunciar a desarrollar su defensa balística.
No obstante, muchos altos funcionarios y antiguos responsables de Estados Unidos se han opuesto a esta decisión, advirtiendo de un probable fracaso de Washington.
“Se suponía que la política de sanciones traería a Irán a la mesa de diálogo (…) Eso falló. ¿Y la previsible respuesta de la Administración? Insistir en esa política fallida”, ha opinado Robert Malley, director del Grupo Internacional de Crisis y asesor del expresidente Barack Obama.
Se suponía que la política de sanciones traería a Irán a la mesa de diálogo (…) Eso falló. ¿Y la previsible respuesta de la Administración? Insistir en esa política fallida”, ha opinado Robert Malley, director del Grupo Internacional de Crisis y asesor del expresidente Barack Obama.
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