La nueva base, inaugurada hoy viernes con el nombre de Camp Humphreys, abarca un área de más de 1450 hectáreas y se encuentra en Pyeongtaek, unos 70 kilómetros al sur de Seúl, la capital surcoreana.
Los dos aliados acordaron ya en 1990 reubicar una base anterior en Camp Humphreys, pero el proyecto se retrasó durante años por el fuerte rechazo y las protestas de los habitantes. El proyecto de reubicación se retomó tras la firma de un nuevo acuerdo en mayo de 2003. Así, EE.UU. termina formalmente con siete décadas de presencia militar en la capital.
El comandante de las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur, Vincent K. Brooks, ha indicado que el país asiático ha asumido casi todo el costo de la construcción de la base.
“Este es un proyecto que ha costado casi 10 800 millones de dólares, para 10 años de construcción. La inversión de la República de Corea ha sido de más del 90 por ciento del costo. Por ese 90 por ciento, los Estados Unidos permanecen con ustedes al 100 por ciento”, ha dicho Brooks en la inauguración.
Este es un proyecto que ha costado casi 10 800 millones de dólares, para 10 años de construcción. La inversión de la República de Corea ha sido de más del 90 por ciento del costo. Por ese 90 por ciento, los Estados Unidos permanecen con ustedes al 100 por ciento”, ha dicho comandante de las fuerzas estadounidenses en Corea del Sur, Vincent K. Brooks, en la inauguración de la base militar estadounidense de Camp Humphreys.
Las instalaciones representan “una inversión significativa en la presencia a largo plazo de las tropas estadounidenses en Corea”, ha añadido Brooks en la ceremonia, para luego asegurar que la base “seguirá siendo la prueba viviente del compromiso estadounidense con la alianza”. Estados Unidos tiene unos 28 500 soldados estacionados en el país asiático.
El ministro de Defensa de Corea del Sur, Song Young-moo, ha indicado por su parte que la base adoptará un nuevo rol a medida que las circunstancias cambian “del enfrentamiento de la Guerra Fría a la coexistencia pacífica”.
Desde antes de asumir el cargo, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha insistido en que los aliados de los EE.UU. deben pagar más para contribuir con sus propios presupuestos militares a la permanencia en sus países del Ejército estadounidense.
La apertura de Camp Humphreys se produce unas semanas después de que Trump dijera que quería retirar a las tropas estadounidenses del país asiático y poco después de que el mandatario y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, celebraran una cumbre sin precedentes en Singapur.
La reunión, celebrada con el objetivo de iniciar un diálogo para reducir las tensiones y normalizar los lazos, resultó, entre otras cosas, en la suspensión de las maniobras militares surcoreano-estadounidenses y el compromiso de desnuclearización de la península de Corea.
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