Los resultados de la investigación, realizada por la Universidad de Clemson (Carolina del Sur), fueron publicados el jueves por The Citizen Lab, un centro de investigación interdisciplinario de la Escuela Munk de Asuntos Globales y Políticas Públicas de la Universidad de Toronto.
El estudio definió la campaña lanzada en 2023 como un complot orquestado externamente, describiendo al régimen israelí como el principal sospechoso detrás de su operación, pero también apuntando a una probable participación estadounidense.
Según el informe, si bien la red se creó en 2023, casi toda su actividad se desarrolló a partir de enero de 2025 y la actividad de los perfiles parece haber estado sincronizada, al menos en parte, con la agresión militar de Israel contra objetivos iraníes en junio de 2025.
La red altamente coordinada incluía más de 50 cuentas falsas en X, el antiguo Twitter, diseñadas para incitar a los iraníes a realizar acciones subversivas contra el sistema islámico del país.
La actividad de la campaña se intensificó después de enero, y la agitación alcanzó su punto máximo durante la guerra del 13 al 25 de junio que se cobró las vidas de al menos 925 iraníes y tuvo como blanco las instalaciones nucleares, militares y civiles de la República Islámica.
Intentó incitar disturbios inmediatamente después de varios ataques israelíes, incluido uno dirigido contra la prisión de Evin, en Teherán (la capital), que se cobró la vida de al menos 80 personas.
El análisis indicó que la red probablemente era operada por una agencia del régimen israelí o un subcontratista estrechamente supervisado, que aprovechaba inteligencia artificial de última generación para fabricar vídeos, imágenes y narrativas de caos.
Las cuentas publicarían vídeos generados por la Inteligencia Artificial (IA) e intentarían al máximo parecer originales al etiquetar a varios medios de comunicación antiraníes.
Mensajes coordinados instaron a los ciudadanos a “liberar a los prisioneros” después del ataque a la prisión de Evin, mientras les aseguraban falsamente que la zona era segura.
Los investigadores llamaron a esto una rara “operación de influencia cinética”, en la que se utilizó el engaño mediante inteligencia artificial para impulsar su agenda subversiva.
El 15 de junio, publicaciones inventadas denunciaban colapso económico y corrupción, instando a los ciudadanos a retirar su dinero y fomentando la desconfianza hacia la gobernación del país.
Del 20 al 22 de junio, la cadena impulsó protestas nocturnas bajo el hashtag #8OClockCry, llamando a cánticos antiraníes.
Se editaron deepfakes y vídeos reciclados para simular protestas, cánticos y disturbios, demostrando la naturaleza profesional y coordinada de la campaña.
Sin embargo, al comentar la investigación, los observadores describieron la campaña como un fracaso total, y citaron la fuerte unión de la nación iraní detrás del liderazgo del país y las Fuerzas Armadas durante el período de 12 días, mientras mantenía su propia cohesión nacional.
Esta no es la primera vez que el régimen israelí se ve implicado en una campaña subversiva contra la nación iraní.
A lo largo de la guerra, el régimen también dependería en gran medida de una red de agentes que buscaban ayudarlo a avanzar con sus agendas antiraníes y divisivas.
Los agentes fueron fuertemente confrontados por el Ministerio de Inteligencia iraní, que ayudó a detener a numerosas personas que estaban en la nómina de Tel Aviv.
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