Publicada: miércoles, 3 de diciembre de 2025 5:21

Irán acelera su prometedora hoja de ruta espacial con nuevos satélites Pars-1 y Nahid-2, reforzando su autonomía en teledetección y comunicaciones.

Por: Ivan Kesic

A medida que se despliega la última parte de 2025, el programa espacial de Irán se encuentra en la antesala de un salto operacional significativo, preparándose para desplegar versiones mejoradas de dos satélites fundamentales que reflejan sus ambiciones duales en la teledetección y las comunicaciones seguras.

En una declaración emitida a finales de septiembre de 2025, el director del Centro de Investigación Espacial de Irán (ISRC, por sus siglas en inglés) delineó una cronología clara para los próximos pasos del país en la órbita: los segundos prototipos del satélite de teledetección Pars-1 y del satélite de telecomunicaciones Nahid-2 están programados para su lanzamiento a finales de enero.

A principios de esta semana, la agencia anunció que el segundo prototipo del satélite de comunicaciones Nahid-2 y el satélite de imágenes Pars-1 serán lanzados a más tardar en enero de 2026.

Este anuncio marca la maduración de una arquitectura espacial estratégica impulsada internamente, construida sobre el exitoso despliegue de sus predecesores y destinada a consolidar capacidades nacionales clave.

El Pars-1 mejorado está diseñado para proporcionar a Irán una cobertura soberana y multispectral para la observación ambiental y la gestión de recursos, mientras que el nuevo prototipo de Nahid-2 tiene como objetivo avanzar aún más en la experiencia indígena en comunicaciones orbitales y mantenimiento de estación.

Desarrollados bajo las restricciones de las persistentes sanciones internacionales, estos satélites encarnan la búsqueda de Irán por la autosuficiencia tecnológica y su progreso metódico hacia una constelación nacional integrada que sirva tanto a necesidades civiles como a objetivos estratégicos.

Pars-1: Un centinela multispectral para la observación soberana de la Tierra

El Pars-1 es un satélite de observación de la Tierra y teledetección desarrollado por el ISRC y la Agencia Espacial Iraní (ISA, por sus siglas en inglés). Su misión es capturar imágenes del territorio iraní, y posiblemente de las regiones circundantes, proporcionando datos topográficos y de teledetección para la elaboración de mapas, monitoreo ambiental, análisis del uso del suelo y aplicaciones relacionadas.

Según declaraciones oficiales, el Pars-1 es “capaz de capturar imágenes de un 95 por ciento del territorio iraní”. Su masa es de 134 kg y está diseñado para operar en una órbita de aproximadamente 500 km.

El avance clave en el prototipo mejorado de Pars-1 es su suite de carga útil mejorada, que incluye tres sensores de imágenes: multiespectral (MS), infrarrojo de onda corta (SWIR) e infrarrojo térmico (TIR). Esta configuración de triple sensor va más allá de las imágenes de luz visible básica, permitiendo la recolección de datos esenciales para la agricultura, el monitoreo de vegetación y agua, la planificación del uso del suelo, la evaluación de desastres y el desarrollo urbano.

La plataforma mejorada encaja en la clase de microsatélites de 100 a 150 kg e incorpora células solares de arseniuro de galio para mejorar la generación de energía.

El primer Pars-1 fue lanzado el 29 de febrero de 2024 desde el Cosmódromo Vostochny de Rusia a bordo de un cohete Soyuz, marcando el primer hito operativo del programa.

El modelo mejorado fue oficialmente presentado el 2 de febrero de 2025, y los dirigentes del ISRC sugirieron posteriormente un lanzamiento “en diciembre” de 2025, alineándose ahora con el plazo actualizado a finales de enero para el segundo prototipo.

Operando a aproximadamente 500 km, el Pars-1 es un activo modesto, pero estratégicamente importante. Las fuentes públicas no atribuyen una alta resolución espacial (por ejemplo, <5 m) al satélite; su valor radica en la diversidad espectral más que en la captura de detalles finos.

Para productos de mayor resolución, Irán pone su mirada en futuras naves espaciales como el Pars-3 en desarrollo. Aun así, la evolución del Pars-1 reduce la dependencia de imágenes extranjeras – que pueden verse limitadas por las sanciones – y fortalece la autosuficiencia nacional.

El paso hacia imágenes integradas multiespectrales, térmicas y SWIR amplía significativamente la utilidad civil de los datos producidos. Si Irán procede con una constelación, los tiempos de revisita y la cobertura aumentarían, amplificando el valor estratégico de su infraestructura de teledetección.

Sin embargo, persisten incertidumbres notables, incluidas la resolución espacial precisa, el ancho de franja, el ciclo de revisitas y las especificaciones detalladas de los sensores. Los parámetros orbitales exactos y el alcance de las diferencias de carga útil en comparación con el primer prototipo también siguen sin divulgarse públicamente.

Nahid-2: la plataforma pionera en banda Ku para la autonomía en comunicaciones

El Nahid-2 es un satélite de telecomunicaciones y retransmisión de datos desarrollado por el ISRC y la ISA, con el objetivo de establecer comunicaciones basadas en satélites controladas de forma nacional, que van desde enlaces de banda ancha y datos hasta los cimientos de una posible infraestructura de Internet por satélite a largo plazo.

Concebido tanto como una plataforma operativa como un demostrador de investigación y tecnología, el Nahid-2 está destinado a validar una serie de subsistemas esenciales, incluidos el control de actitud, la propulsión, la generación y gestión de energía, la regulación térmica y las comunicaciones multibanda.

El primer satélite Nahid-2 fue lanzado el 25 de julio de 2025 a bordo de un cohete Soyuz-2.1b desde el Cosmódromo Vostochny de Rusia y colocado en una órbita baja de la Tierra a una altitud de aproximadamente 500 km.

Con una masa reportada de alrededor de 110 kg (estimaciones anteriores sugerían hasta ~120 kg), ocupa la clase de microsatélites. Se espera que el próximo segundo prototipo refine y amplíe este diseño comprobado.

Un elemento central de la importancia técnica de Nahid-2 radica en su suite de comunicaciones: el satélite soporta enlaces en banda Ku, banda X y UHF, siendo aparentemente el primer satélite de telecomunicaciones de Irán en incorporar capacidad de banda Ku. Esto marca un paso importante hacia las funciones nacionales de banda ancha y retransmisión de datos de mayor capacidad.

El Nahid-2 también integra varios subsistemas avanzados. Estos incluyen un sistema de control y determinación de actitud (ADCS) de tres ejes; hardware de generación y distribución de energía; componentes de control térmico; sistemas de telemetría y comando (TT&C); y una unidad de propulsión química desarrollada a nivel nacional, un motor de gas caliente que proporciona aproximadamente 1 N de empuje, para correcciones orbitales, mantenimiento de altitud y mantenimiento de estación. Su capacidad media de energía a bordo se especifica en 49 vatios.

La telemetría inicial post-lanzamiento confirmó que el satélite estaba en buen estado y operando con normalidad. Las funciones clave – incluidas la estabilización rotacional, la regulación de energía, la gestión térmica y las comunicaciones en bandas S y U/V – se validaron con éxito poco después del despliegue.

El sistema de propulsión, un hito crítico para la autonomía orbital de Irán, permite el control independiente de la órbita y la optimización de la vida útil. La vida útil de diseño del satélite fue inicialmente citada como de dos años, con algunos informes posteriores sugiriendo un potencial operativo de hasta cinco años dependiendo del rendimiento en órbita.

El Nahid-2 representa un avance importante en la capacidad de comunicaciones satelitales autóctonas de Irán, un pilar esencial en el desarrollo de infraestructura nacional de retransmisión de datos y, potencialmente, futuros servicios de Internet por satélite.

Su fuerte dependencia de tecnologías producidas a nivel nacional, incluyendo propulsión, baterías, sistemas térmicos y transceptores de comunicaciones, subraya la trayectoria del programa hacia la autosuficiencia estratégica.

Como microsatélite, el Nahid-2 también proporciona la base tecnológica para escalar a futuras constelaciones o naves espaciales más grandes, como el Nahid-3 ya diseñado.

Sin embargo, varios parámetros siguen sin ser divulgados públicamente, incluidos la capacidad detallada de transmisión de datos, el alcance de su arquitectura de segmento terrestre y el ecosistema de terminales de usuario, así como los planes concretos para una constelación de comunicaciones completamente operativa.

Constelación más amplia: integrándose en una hoja de ruta estratégica global

Los próximos lanzamientos de los prototipos mejorados de Pars-1 y Nahid-2 no son hitos aislados, sino componentes integrales de una hoja de ruta espacial amplia que abarca una década.

Como lo delineó el jefe de la ISA, Dr. Hasan Salarie, esta visión nacional abarca todo el espectro de actividades espaciales, desde la observación de la Tierra y las comunicaciones hasta los sistemas de lanzamiento y la cooperación en el espacio profundo.

Los satélites mejorados Pars-1 y Nahid-2 siguen al exitoso lanzamiento y evaluación de sus prototipos iniciales, integrándose en una cadena de desarrollo continua y escalonada.

En paralelo, Irán está avanzando en sucesores aún más capaces: el Pars-2 se encuentra en pruebas finales, mientras que el Pars-3 – diseñado para alcanzar resolución submétrica – y el satélite Rad-2 de radar de apertura sintética (SAR) están actualmente en fase de desarrollo.

En el ámbito de las comunicaciones, el Nahid-3, de mayor ancho de banda, progresa con rapidez.

Estas naves espaciales de nueva generación operarán eventualmente junto a otras plataformas emergentes, entre ellas el avanzado satélite Kowsar 1.5 —un sistema de teledetección mejorado que ofrece una resolución de 3,45 metros para agricultura de precisión— así como los satélites de observación terrestre Zafar y Paya, ambos programados para lanzamientos en el extranjero en los próximos meses.

En conjunto, estos sistemas pretenden conformar una sofisticada constelación nacional que respalde el monitoreo ambiental, la agricultura de precisión, la gestión de recursos y diversas aplicaciones civiles.

Irán también está desarrollando la constelación estrecha de Internet de las Cosas (IoT) “Mártir Soleimani”, cuyos primeros nanosatélites prototipo ya se han completado. Este enfoque por capas, que combina los esfuerzos de instituciones públicas y de empresas privadas basadas en el conocimiento como SpaceOmid —desarrolladora del Kowsar— demuestra un impulso nacional integral para establecer un ecosistema espacial independiente.

Las asociaciones internacionales siguen siendo un pilar clave de esta estrategia. La participación activa de Irán en la misión lunar Chang’e-8 de China y sus conversaciones en curso sobre colaboración en estaciones espaciales reflejan un esfuerzo deliberado por cultivar alianzas estratégicas fuera de los marcos espaciales dominados por Occidente.

Estas colaboraciones ofrecen intercambios técnicos críticos a la vez que refuerzan la posición geopolítica del país en el emergente panorama espacial multipolar.

Superar barreras: infraestructura de lanzamiento y resiliencia ante sanciones

Un habilitador decisivo de las ambiciones a largo plazo de Irán es la búsqueda de una capacidad soberana de lanzamiento. La activación inminente del Puerto Espacial Nacional de Chabahar constituye un punto de inflexión importante. La Fase Uno, dedicada a vehículos de lanzamiento de combustible sólido, se acerca a su finalización, con preparativos en marcha para el lanzamiento inaugural del sitio.

Ubicado en la costa sudoriental de Irán, el puerto espacial ofrece acceso a una amplia gama de inclinaciones orbitales, ideal para despliegues de constelaciones y misiones heliosíncronas.

La Fase Dos, destinada a vehículos más grandes de combustible líquido capaces de elevar cargas más pesadas, está prevista como siguiente paso. Establecer una infraestructura de lanzamiento doméstica es esencial para la seguridad operacional y la flexibilidad, reduciendo la dependencia de lanzadores extranjeros como los cohetes rusos Soyuz actualmente utilizados para misiones como Pars-1 y Nahid-2.

El programa espacial más amplio de Irán se erige como un testimonio de persistencia científica bajo presión, habiendo logrado avances tecnológicos notables pese a décadas de sanciones occidentales restrictivas. El énfasis en la producción nacional de componentes – reportada en más del 85 por ciento para satélites como el Kowsar 1.5 – subraya una estrategia nacional centrada en la resiliencia y la autosuficiencia.

A pesar de las objeciones occidentales, Irán sostiene de manera consistente que sus iniciativas satelitales son pacíficas, civiles y orientadas a la investigación, apoyando servicios prácticos en agricultura, comunicaciones, gestión ambiental y respuesta ante desastres.

La trayectoria meticulosa del programa, desde las primeras cápsulas recuperables hasta los satélites de comunicaciones equipados con propulsión para mantenimiento de estación, refleja una visión de largo alcance que trata las sanciones no como impedimentos, sino como catalizadores de la innovación autóctona.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV