“Nosotros hemos aplicado una parte de la dura venganza, pero la otra parte está pendiente”, ha afirmado este lunes el comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de división Hosein Salami, en un acto de conmemoración del excomandante de la Fuerza Quds del CGRI, el teniente general Qasem Soleimani.
El alto cargo iraní ha advertido a las autoridades estadounidenses que tengan en cuenta que es imposible agredir a una nación y evitar una venganza recíproca.
En referencia al bombardeo con misiles que lanzó Irán en 2020 contra la base estadounidense de Ain Al-Asad en Irak, en respuesta a la operación terrorista de Washington en la que asesinó a Soleimani y sus compañeros, el mando castrense ha descrito dicho ataque como una “fuerte bofetada” a EE.UU.
Salami ha sentenciado que el plan estadounidense para derrotar la Revolución Islámica ha fracasado y ha enfatizado que Irán ha podido superar los problemas y ahora tiene suficiente capacidad para defender su independencia.
Qasem Soleimani, héroe de la Resistencia y de la lucha contra el terrorismo en Asia Occidental, cayó mártir 3 de enero de 2020 en un ataque terrorista perpetrado por EE.UU. en Bagdad, la capital iraquí, junto con Abu Mahdi al-Muhandis, subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak, y un grupo de compañeros.
En represalia, Irán llevó a cabo el 8 de enero de 2020, un ataque con misiles contra la base de Ain Al-Asad, justo después de que EE.UU. pusiera sus tropas y su sistema de defensa aérea en alerta máxima; pese a todo, no logró interceptar ni uno solo de los 11 misiles iraníes, de acuerdo con fuentes iraquíes.
Tras este ataque, los expertos militares estadounidenses confirmaron la falsedad de la invencibilidad del poder militar estadounidense y se mofaron del sistema de defensa antimisiles Patriot del país norteamericano, calificándolo de una broma.
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