• El comandante de la Fuerza Terrestre del CGRI de Irán, el general de brigada Mohamad Pakpur, durante una visita a las zonas fronterizas.
Publicada: domingo, 11 de julio de 2021 18:08

El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán afirma que la seguridad predomina en zonas fronterizas con Afganistán, sumido en conflictos internos.

Pese a los enfrentamientos militares surgidos en Afganistán, no ha sucedido nada en especial en la frontera común, y la seguridad y la paz imperan en todas las fronteras orientales”, ha aseverado este domingo el comandante de la Fuerza Terrestre del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el general de brigada Mohamad Pakpur, tras una visita a la zona fronteriza de Doqarun.

El militar de alto rango iraní ha agregado que, debido a los incidentes de los últimos días en Afganistán, es posible que algunos malhechores y traficantes aprovechen esta coyuntura y se adentren en el territorio de la República Islámica, pero, sin ningún lugar a dudas, se enfrentarán a la acción sería de las fuerzas fronterizas de Irán.

“Cualquier movimiento que tenga la intención de hacer que Irán y las áreas circundantes sean inseguros, será respondido de manera decisiva por las Fuerzas Armadas del país persa”, ha advertido, mientras ha enfatizado que todas las fronteras del país siguen siendo monitoreadas.

 

Irán comparte más de 900 kilómetros de frontera con Afganistán. Las provincias de Herat, Farah y Nimruz, en Afganistán, limitan con las provincias de Jorasán Razavi, Jorasán del Sur (ambas en el este) y Sistán y Baluchistán (sureste), en Irán.

En las últimas semanas, los combatientes del grupo armado Talibán han invadido áreas en Afganistán que limitan con cinco países: Irán, Tayikistán, Turkmenistán, China y Paquistán.

El viernes, el Talibán afirmó que se había hecho con el control del 85 % del territorio afgano, una declaración que el Gobierno de Afganistán desestimó, considerándola parte de una campaña propagandística.

Los avances de los talibanes se producen en medio de la retirada del país asiático de las tropas lideradas por EE.UU. después de dos décadas de guerra y ocupación ilegal.

Ante este panorama, varios expertos y observadores afirman que el retorno del Talibán al poder demuestra la ayuda encubierta de EE.UU. a este grupo armado y constituye una clara evidencia de que Washington pretende legitimar su presencia en la región orquestando una nueva ola de inseguridad en Afganistán.

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