En declaraciones a la prensa tras una reunión del gabinete, Zarif ha denunciado este miércoles las medidas erróneas tomadas por la Administración del Gobierno estadounidense, Donald Trump, quien ordenó el asesinato del comandante de Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani en un ataque terrorista efectuado el viernes en Bagdad, capital iraquí.
Como primera fase de represalia, la Fuerza Aeroespacial del CGRI la madrugada de este mismo miércoles (hora local) ha realizado ataques con misiles contra la base aérea Ain Al-Asad, ubicada en la provincia occidental iraquí de Al-Anbar y utilizada por las tropas norteamericanas desde la invasión de Irak en 2003, y otra en Erbil, capital de la región del Kurdistán iraquí,
“La República Islámica atacó la base desde donde se realizó el ataque contra el general Soleimani y llevamos a cabo una medida legítima”, ha dicho Zarif en referencia a la base Ain Al-Asad.
El jefe de la Diplomacia persa también ha hecho hincapié en que la única venganza es la expulsión de Estados Unidos de la región del oeste de Asia.
También ha destacado la masiva presencia de los iraníes en las ceremonias fúnebres del teniente general Soleimani en varias ciudades del país, que con su unidad y poder, demostraron a EE.UU. el error que cometió al asesinar al comandante persa.
“Cuando la ignorancia y la arrogancia se mezclan, el resultado es peligroso”, ha dicho el máximo diplomático iraní pera luego advertir que las personas que rodean al inquilino de la Casa Blanca son así y el resultado fue sus recientes errores.
En esta línea, el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, en su primer discurso tras el asesinato de Soleimani, ha enfatizado este miércoles que el ataque del país persa a bases de EE.UU. en Irak solo fue una bofetada y no la venganza.
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