Santos, desde el presidencial Palacio de Nariño, deplora las recientes actividades de sabotaje de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que han contaminado el medioambiente o dejado sin luz a ciudades enteras; e insiste en que estas acciones no son "el camino" para la paz.
Uno se pregunta, ¿qué utilidad militar o de otra índole puede traer derramar petróleo para contaminar nuestras fuentes de agua o dejar sin energía a poblaciones pobres? Esa no es la vía, ese no es el camino para lograr la reconciliación y para hacer la paz", advierte Santos
"Uno se pregunta, ¿qué utilidad militar o de otra índole puede traer derramar petróleo para contaminar nuestras fuentes de agua o dejar sin energía a poblaciones pobres? Esa no es la vía, ese no es el camino para lograr la reconciliación y para hacer la paz", advierte.
El mandatario colombiano, también, ha repudiado el reciente ataque de las guerrillas en el departamento suroccidental del Putumayo, aduciendo que no tiene "ningún sentido" y "ninguna racionalidad".
Durante la jornada del lunes, presuntos guerrilleros de las FARC obligaron a conductores de 19 camiones a derramar unos 200 000 galones de crudo en una zona petrolera del Putumayo, fronteriza con Ecuador y Perú.
Este ataque se suma a los realizados en la última semana contra torres eléctricas, que dejaron sin luz por varios días el puerto del Buenaventura (oeste) y el municipio de Tumaco (suroeste).
Además, este fin de semana una explosión afectó el suministro de agua potable en el municipio de Algeciras, departamento de Huila, también en el suroeste.
Todos estos sabotajes se produjeron después de que la guerrilla de las FARC, en respuesta a la intensificación de los ataques gubernamentales, anunciara el 22 de mayo el fin de la tregua unilateral iniciada el 20 de diciembre de 2014 y declarara que retomaría sus acciones militares.
Previamente, el Ejército colombiano realizó bombardeos contra dicho grupo, después de que Santos ordenara el 15 de mayo la reanudación de los ataques.

El recrudecimiento de las hostilidades por parte del Gobierno colombiano ha dejado decenas de guerrilleros muertos.
El pasado mes de mayo, Jairo Martínez, integrante de la delegación de paz de las FARC, perdió la vida en un ataque de las fuerzas colombianas. El 29 del mismo mes seis personas resultaron muertas en choques entre la guerrilla y el Ejército colombiano.
Pese a la tensiones mencionadas, las delegaciones de ambas partes han retomado los diálogos de paz en Cuba, que comenzaron en noviembre de 2012 en un intento para acabar con un conflicto armado de más de medio siglo de duración y que ha dejado, según estimaciones, casi 5 millones de desplazados y al menos 600 000 muertos.

El Gobierno y la guerrilla han acordado formar una Comisión de la Verdad para esclarecer aspectos del conflicto.
Este último logro, de carácter extrajudicial, se alcanzó aun cuando las FARC consideran que el proceso de paz no debe convertirse en un proceso judicial.
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