La propuesta enfatiza a los países occidentales la necesidad de crear una alianza fundamentada en el comercio en la línea de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que viene en fechas recientes adoptando una postura más dura contra Pekín, conforme reporta este lunes el diario South China Morning Post.
Un informe sobre la propuesta se encargó al Grupo de Investigación de China, conformado por parlamentarios ultraconservadores británicos, y la Fundación de Innovación y Tecnología de la Información, expertos en políticas de ciencia y tecnología con vínculos con el Gobierno de EE.UU. y las grandes empresas tecnológicas.
Al ofrecer ejemplos de cómo funcionaría la “OTAN comercial”, la iniciativa plantea que, si China amenaza con retirar a sus estudiantes de un país que depende de los ingresos de los alumnos chinos en el extranjero, otras naciones deben prohibir el acceso de los estudiantes chinos a sus centros superiores como represalia; o si Pekín amenaza con poner a las empresas de un país en su lista de entidades poco confiables, la alianza ha de aceptar limitar las importaciones de las empresas chinas.
“OTAN comercial” pretende enganchar a Taiwán
El documento va más allá, señalando que Taiwán también será bienvenido, si quiere unirse a la referida alianza.
Los líderes de países miembros de la OTAN defienden la autonomía de Taiwán, isla a la que Pekín considera como parte de su territorio nacional.
¿Cuán posible es la idea?
No obstante, South China Morning Post reporta que, algunos analistas se han mostrado escépticos sobre si el concepto de la “OTAN comercial” es realista, dados los intereses comerciales en juego y la dificultad de lograr que los países acuerden una acción conjunta.
“En materia comercial, los intereses de la industria tienen mucha influencia. Creo que las líneas se rompen cuando los intereses comerciales están en juego”, opinó Bryan Mercurio, profesor de Derecho comercial en la Universidad China de Hong Kong.
Para Mercurio, otro factor que obstaculizaría la formación de la referida alianza comercial es que los países que la formarían no estarían realmente dirigidos por los Gobiernos de esos Estados en términos del modelo del crecimiento económico.
Occidente en alerta por crecimiento de China
El crecimiento militar como el tecnológico de China han puesto en alerta a la OTAN, encabezada por EE.UU., que trata de afianzar la idea de que el gigante asiático supone una amenaza a los países miembros.
El 14 de junio, líderes de los países miembro de la Alianza Atlántica discutieron en Bruselas y acordaron que los avances de Pekín les suponen un “desafío sistémico”.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ya les había pedido a los países occidentales que hicieran frente al creciente poder militar de China.
Es más, el viernes, el presidente del comité militar de la Alianza Atlántica, Stuart Peach, destacó la “impactante” velocidad de la modernización militar del gigante asiático.
China, por su parte, subraya que nadie ni ninguna fuerza puede detener el desarrollo y el crecimiento de su país.
El Grupo de los Siete (G7) —Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos— es otra agrupación multilateral que se ha decantado por tomar una postura unificada para contrarrestar a China.
El G7 ya acaba de lanzar su colosal proyecto, llamado “Build back better for the world” (reconstruir un mundo mejor), como una alternativa al proyecto chino de desarrollo económico “One Belt, One Road” (una ruta, un cinturón). El objetivo es superar la propuesta china.
Pekín denuncia todo posicionamiento de esa índole en su contra, destacando que ha terminado la era en que pocos países decidían por el mundo, y que los asuntos globales deben ser gestionados mediante consultas por todos los países.
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